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Vanessa Díaz: «Los Vinari han mostrado otra cara del celler de Capçanes»

Cabrida 2020 del celler de Capçanes fue coronado como mejor vino de Cataluña en los Premios Vinari 2022. El certamen posicionaba, así, un vino de cooperativa, una garnacha de la región del Montsant y un saber hacer de campesinos y viticultores a lo largo de decenas de años en un entorno profundamente vinícola y que cuenta con una larga tradición dentro del contexto histórico del vino catalán.

Vanessa Díaz, a la izquierda, con los diplomas que los acreditan con los premios de los Vinari | Foto: cedida

Precisamente Vanessa Díaz (Málaga, 1976), representante de la bodega y sus vinos en ámbito español, entiende que en primera instancia este es un reconocimiento a los socios de la cooperativa, a las personas que cuidan la tierra y permiten obtener el mejor fruto para embotellar productos de calidad.

«La clave del éxito, según mi mirada, tiene que ver con la calidad profesional que define cada elemento de la cadena: desde el campesino hasta la persona que pone los vinos al mercado», y se explica. Dice que la de Capçanes es una cooperativa atípica, por el hecho que trabaja colaborativamente entre socios, pero siguiendo un modelo empresarial. «Es cómo si fuéramos tres bodegas en uno, con tres líneas de acción diferenciadas», explica a Vadevi. Habla de la línea de vinos de volumen, de los Kosher -que se han convertido en la «carta de presentación de la bodega para muchos mercados», dirá-, y de los vinos de parcela o microvinificaciones, vinos singulares y nacidos de viñas seleccionadas, entre los cuales está el Cabrida.

Anna Rovira, enóloga de Capçanes, con Vanessa Díaz | Foto: cedida

Cabrida, un icono de las garnachas de Montsant

«Los Vinari nos han dado empujón y visibilidad sobre todo en el ámbito catalán» valora Díaz; y antetodo, añade, «han enseñado otra cara de la bodega». Y se explica. «Ha sido una manera de decir, ‘oye que aquí producimos otros vinos de calidad’«, de posicionar una línea menos conocida de la bodega y de la cual destacan productos como este Cabrida, «un icono de la garnacha del Montsant», el recuperado vim blanco, del cual ya han embotellado la cuarta añada, o un singular brisat del cual solo producen unas setecientas botellas. «Son vinos fruto de microvinificaciones y de un profundo conocimiento de la tierra y de los productos que nos puede dar cada parcela».

En definitiva, dirá Díaz, este premio «lo percibimos como un reconocimiento al buen trabajo que hacen desde hace tantos años -el primer vino embotellado de esta línea, el Flor de Maig, salió en 1992- y sobre todo a la evolución y madurez de un vino, el Cabrida, que nació como primer monovarietal de garnacha de la comarca en 1996″.

Equipo de la bodega de Capçanes celebrando los Premios Vinari | Foto: cedida

Las cooperativas no son modelos obsoletos

Díaz rompe una lanza en favor de las cooperativas. «Tenemos que dejar de pensar que son modelos obsoletos; se trata de otra forma de sociedad en la cual los propietarios son en parte los viticultores«, dirá. Insiste en el hecho que este sistema permite pagar por su trabajo a «tu propia gente» y generar bienestar en casa tuya. «Trabajando colaborativamente, todos aportamos lo que mejor se nos da y el resultado es un ecosistema sostenible con capacidad de generar riqueza y oportunidades de futuro» para el territorio.

Equipo de la Bodega de Capçanes en la última edición de la Barcelona Wine Week | Foto: cedida
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