El sector vitivinícola catalán reivindica desde hace años la participación activa de Barcelona como escaparate del vino de Cataluña. La capital catalana es el centro neurálgico de buena parte del tejido empresarial del país y las bodegas no quieren quedar relegadas. Después de años de sequía y la reciente tendencia a la baja del consumo, las Denominaciones de Origen catalanas reclaman más que nunca que se les otorgue un espacio más grande de promoción, y qué mejor que la ciudad que más turistas atrae del mundo. Es por eso que desde el Institut Català del Vi i la Vinya (INCAVI) han organizado una jornada divulgativa y cultural para la Mercè, en un horario ininterrumpido de 11:00 a 20:00 h. Un hito prácticamente histórico, dado que en los últimos años la capital catalana no era el máximo exponente de promoción del vino. Una iniciativa, pues, que a pesar de ser celebrada por todos, el sector exige que sea el inicio de la carrera de promoción del vino catalán.
Los Jardines del Palau Robert han estado recibiendo visitantes desde la apertura del acto. La gente no ha dejado pasar la oportunidad de degustar las más de cuarenta referencias de las 12 denominaciones de origen de Cataluña. Nacionales e internacionales han comprado las entradas anticipadas y se han plantado en la puerta de los famosos jardines barceloneses hasta el punto que en parte de la Diagonal se han podido ver algunas colas. “Podríamos llegar a los 2.000 visitantes”, explican desde el evento fuentes del INCAVI a Vadevi. De esta manera, numerosas personas han decidido pasar la hora del vermut de la Mercè acompañados de una copa de vino catalán, servida en algunos casos por presidentes de DO. “Estamos contentos de haber vuelto a Barcelona”, explica Carles Playà, presidente de la DO Pla de Bages.
No es la primera vez que se hace un evento del vino en Barcelona de la mano de la administración pública. Años atrás se celebraba la llamada Fiesta del Vino, que se perdió antes de la pandemia y ya no volvió. Algunos veteranos como Playà recuerdan aquella época como el gran boom del vino catalán e insisten en que este evento “está muy bien”, pero lamentan que “se queda pequeño”. Una opinión similar tiene Maria Rosa Blanch, presidenta de la DO Tarragona quien también se muestra contenta con el evento, pero pide que sea una de las muchas iniciativas que busque ayudar aún más al vino catalán: “Necesitamos aún más cosas, sobre todo aquellas DO pequeñas que solas no podemos”, remarca Blanch.
A pesar de la visión crítica de los presidentes -que en todo momento hacen énfasis en la buena iniciativa- en general se respira un aire de celebración y disfrute. Tanto el propio INCAVI como Pol Aluja, comunicador del sector vitivinícola, cara de la iniciativa Aroma de vi y uno de los animadores de la fiesta, confirman el éxito de esta fiesta que ha reunido a tantos curiosos al mundo del vino. “Es muy xulo que se haga algo así y más en Barcelona”, repite Aluja, quien añade que “el espacio ha estado bastante lleno durante todo el día”. También el INCAVI remarca la importancia de la iniciativa y la felicidad que conlleva ver los Jardines del Palau Robert llenos.

Recuperar Barcelona
Para los presidentes de la DO Pla de Bages y la DO Tarragona esta iniciativa debe servir para recuperar Barcelona. En este sentido, desde el sector se hace mucha crítica constructiva de la implicación de la capital catalana en el sector del vino. Playà afirma a este diario que un evento como este acerca al consumidor final a las DO, pero “cuesta mucho fidelizar, sobre todo con los extranjeros”. También Blanch reconoce las dificultades que tiene esta feria, en términos de hacer nuevos clientes: “No podemos vender botellas, se debe hacer todo a través del QR y aquí podemos perder gente por el camino”, dice la presidenta de la DO Tarragona. Así pues, ambos alegan que hace falta más promoción y reflexionan no solo sobre el papel de la administración sino de Barcelona como capital del vino catalán: “Necesitamos más iniciativas; esta ha estado bien, pero queremos más”, sentencia Playà.
En definitiva, la iniciativa ha reunido a muchos curiosos y ha dado un lugar a Barcelona a las DO, las cuales sentían que hacía tiempo que lo habían perdido. Durante todo el día, la gente ha pasado por los diferentes estands, ha preguntado y ha probado diferentes vinos. Las tapas para picar se han acabado antes de cerrar el evento y mientras el frío de octubre se colaba por los rincones de los jardines, más interesados se paraban frente a la puerta de los jardines, leyendo desde fuera el cartel que anunciaba el regreso de los vinos catalanes a Barcelona por la Mercè.
