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Henkell Freixenet incrementa la facturación un 8,5% al cierre de 2022

El mes de marzo de 2018 se oficializaba un acuerdo que ya hacía meses que se estaba gestando a través de varios encuentros, reuniones y conversaciones. La empresa alemana Henkell y la catalana Freixenet rubricaban una alianza que los hacía socios con el claro objetivo de posicionarse como unidad en el sector vitivinícola en el mundo, con una mirada especial hacia las burbujas que elaboran siguiendo los métodos tradicional, charmat o gran vas.

Pere Ferrer y Andreas Brokemper | Foto: Henkell Freixenet

Han pasado cinco años de aquella firma y la relación continúa «más consolidada que nunca» en palabras de ambos socios. Esta misma semana, en el marco de una visita de prensa a las oficinas de Henkell en la región alemana de Wiesbaden, han hecho una valoración «muy positiva«. «Hacemos un buen trabajo juntos», apuntaba el vicepresidente de la alianza, Pere Ferrer, y así lo reafirmaba su CEO Andreas Brokemper, quien además insistía en el valor de la complementariedad entre ambos dos grupos, apuntando al hecho que sus mercados individuales suman una importante presencia en todo el planeta que los posiciona como uno de los productores de vino más importantes del mundo, liderando eso sí el sector de las burbujas.

Ejemplo de las varias tipologías de vinos que embotella el Grupo | Foto: E.V.

Cierran el 2022 con un incremento de la facturación limpia

No detallan las cifras concretas de producción en cuanto a botellas, pero sí hablan de porcentajes según tipología de vinos. Y este pasado 2022, el 66% de los productos embotellados fueron vinos espumosos (que según datos de la compañía supone un incremento del 11% respecto a cifras de 2021), seguidos del 22% de vinos tranquilos (con un +2,6% de incremento) y de vinos generosos con un 11% del total (+25,5% versus 2021). Todo ello, con cifras de facturación neta que, según las mismas fuentes, han llegado este 2022 a los 1.181 millones de euros, suponiendo un crecimiento del 8,5% respeto en el año anterior, donde se facturaron, limpios, 1.088 M€.

Siguiendo con el detalle de las cifras, este pasado 2022 invertieron 39 millones de euros en mejoras al grupo, destacando una gran parte –30 millones– que se ha destinado a la nueva línea productora de degüelle de Freixenet y la futura ampliación de la zona de crianza por las botellas de cava. Los nueve millones restantes se destinaron a acabar la zona productiva a Mionetto y a crear un nuevo centro de visitas para el proyecto italiano.

El Grupo tiene 33 filiales en todo el mundo, pero Freixenet es, «con diferencia, la más importante»

Henkell Freixenet opera globalmente a través de varias marcas, entre las cuales la más importante «con diferencia», dicen, es Freixenet -que ha cerrado año con 107 millones de botellas vendidas-, a la cual siguen por orden de relevancia Mionetto y Henkell, Alfred Gratien (Champagne), Mangaroca Batida de Côco (licor de coco) y Y Heart Wines (vinos). En la actualidad, según fondo de la compañía, tienen 33 filiales en todo el mundo y presencia de productos a unos 150 países diferentes.

De hecho, a pesar de que en la actualidad la facturación principal del grupo continúa viniendo de los mercados europeos (con países destacados cómo Alemania, Austria, Suiza o de la Europa del Este) tienen una clara intención no solo de introducirse sino también de consolidarse en países africanos, asiáticos y sobre todo latinoamericanos, donde entienden que «hay actualmente mucho de potencial y ofrece muchas oportunidades». Precisamente en este sentido, están a punto de abrir puertas a una nueva filial a Uruguay.

Sede del castillo y bodega Schloss Johannisberg | Foto: Henkell Freixenet

Schloss Johannisberg, la segunda bodega de Alemania

Geschwister Oetker, el grupo empresarial de la familia Oetker, factura más de 2.000 millones de euros anuales y da trabajo además de ocho mil personas. Henkell Freixenet es actualmente la más importante del grupo, junto con negocios en los sectores hotelero, químico, arte y panadería y con una segunda bodega ubicada en el oeste de Wiesbaden con orígenes en el siglo XI que se denomina Schloss Johannisberg. De hecho, según explicaban en el marco de la visita es uno de los más antiguos elaboradores de riesling, la variedad estrella del territorio.

«Nos gusta explicar la variedad a través de muchas miradas y maneras de elaborar», compartía Stefam Doktor, Managing director del proyecto, mientras guiaba una visita por las instalaciones. Trabajan una docena de hectáreas de viña que elaboran en unas grandes cavas subterráneas en las cuales también hacen las crianzas en depósitos de varias capacidades -roble obtenido de los bosques de la propiedad, acero inoxidable…- y dónde conservan cerradas bajo llave miles de botellas de antiguas añadas en la llamada biblioteca, la más antigua de las cuales fecha del año 1748.

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