Empieza la campaña de vendimia de 2024 en varios puntos de la geografía vitivinícola catalana. Gramona y Raimat se encuentran entre los más madrugadores, y ahora ya les siguen otros proyectos y viticultores, muchos de ellos, de la región del Penedès, donde la cosecha arranca con «mejores pronósticos» que el año pasado, gracias, entre otros, a una lluvia acumulada durante toda la primavera. «Estimamos cosechar más kilos de uva que el año pasado, teniendo en cuenta que las viñas tocaron fondo por culpa de tres años de sequía», valora el director del Consejo Regulador de la DO Penedès, Francesc Olivella en declaraciones a ACN. A pesar de todo, algunos viticultores están atentos a los posibles efectos del mildiu que se ha detectado en algunas fincas de la zona por acumulación de humedad. Por su parte, la DO Cava también «ha celebrado» el efecto de las lluvias de los últimos meses y, si bien también constata la presencia de mildiu, asegura que “no ha sido de forma masiva”.

El 2023, un mínimo histórico
Después de tres años de sequía y de un 2023 en que se frotaron los 24 millones de kilos cosechados -«mínimo histórico«, apuntan voces del sector-, esta vez el escenario es más esperanzador. Olivella relata que empezaron el año con previsión que hubiera una mortandad importante a todos los cultivos, y finalmente han sobrevivido más cepas de los que se pensaban. «Han muerto plantas, no lo negaremos, pero aquellos que seguían vivos han aprovechado la lluvia de la primavera para recuperarse», explica, mientras augura «una vendimia un poco superior a la del año pasado».
Uno de los temores de varios viticultores era que la acumulación de agua se acabara girando a la contra e hiciera proliferar el hongo mildiu, que arrasó las viñas el 2020. El director de la DO Penedès afirma que hay fincas donde el mildiu ha malogrado “un 20 o un 30% de la uva”, pero precisa que “ni mucho menos” el escenario es extenso como hace cuatro años, “cuando hubo una plaga incontrolable”. “Este año se ha podido controlar y la afectación es muy dispar en función del momento en que han actuado los viticultores para combatir el hongo”, añade.
Olivella subraya que los daños que puede acabar haciendo el mildiu no malogran la calidad de la uva de esta vendimia, sino que reducen la cantidad de grandes aprovechables y garantiza que la uva de este año está entrando a las bodegas “con una graduación perfecta, y una calidad y sanidad excelentes”.

La DO Cava prevé rendimientos «muy superiores» a 2023
En cuanto al conjunto de la DO Cava -con la gran mayoría de viñas ubicadas en el Penedès-, el Consejo Regulador constata que la vendimia arranca con presencia de mildiu, pero “no de forma extensa ni masiva”. El presidente, Javier Pagès, valora a ACN que el hongo ha tenido especial impacto en determinados cultivos, y ha sido más complicado de combatir a las viñas con tratamiento ecológico.
“Es evidente que las lluvias han causado mildiu, pero no creo que esta vendimia a la DO Cava esté especialmente marcada por este hongo”, recalca Pagès, que celebra la recuperación que han tenido los cultivos “en un año que empezó con mucha, mucho miedo por los efectos de la sequía”.
El Consejo Regulador también confirma que la mortalidad inicialmente prevista ha sido menor y augura que al final de la campaña “habrá unos rendimientos aceptables, muy superiores a 2023”. Pagès cree que, con la recuperación gracias a las lluvias, pueden pensar en una mejora de cara al año que viene.
Por todo ello, la DO Cava garantiza que la uva llega al momento de la vendimia con buena acidez y una composición, especialmente adecuada para el cava de crianza larga. Si bien esta semana ha empezado la cosecha de las variedades más tempranas, como la chardonnay, se espera que la vendimia coja impulso la segunda quincena de agosto.