Con el ritmo de vida actual, el take away se ha convertido en un hábito gastronómico para muchas personas. Pero, ¿quién dice que comer en casa significa renunciar al placer de un buen maridaje? Desde el Club DonesVi, su fundadora y socia, Emma Benet, nos propone cinco maridajes perfectos para algunos de los platos más populares para llevar.
Desde Vadevi hemos hecho una selección de los cinco platos más exitosos en las aplicaciones populares de sofá y película, para que el vino deje de ser exclusivo de las cenas elaboradas y se convierta en un acompañante para la comida informal.
Hamburguesa americana con Mas Petit (Parés Baltà)
Jugosa, intensa y con un punto graso delicioso, la hamburguesa americana pide un vino que no la encubra y la eleve de nivel. Por este motivo, Benet opta por un vino tinto joven o de crianza. “La grasa de la carne combina muy bien con un tinto fresco, con fruta roja y una alta acidez, que ayuda a limpiar el paladar y equilibrar la intensidad del plato”, explica la sommelier.
Entre sus recomendaciones, destaca El Mas Petit de Parés Baltà y el Black de MontRubí, un vino tinto monovarietal de garnacha, ecológico y vegano. Destaca por su intenso color rojo púrpura y por las marcadas notas de fruta.
Sushi con el Brut (Colet)
El sushi, con sus sabores sutiles del arroz, y los cortes magistrales con texturas suaves del pescado crudo, encuentra su mejor aliado en los espumosos. Para esta opción de take away, Benet lo tiene claro: “No queremos un vino que eclipse estas sensaciones. Los espumosos más elegantes aportan armonía entre bocado y bocado”.
Para Benet, la opción ideal para acompañar un plato de sashimi y unas piezas de sushi es un espumoso como El Brut de la bodega Colet o El Tresor de la bodega Pere Ventura Cava. Estos vinos limpian el paladar, realzan los sabores y aportan un equilibrio perfecto a cada bocado.
Pizza de búfala con el Xarel·lo Vermell (Can Descregut)
Ni demasiado delicada ni excesivamente potente, la pizza más sencilla de los menús: la de mozzarella de búfala encuentra en el vino rosado un compañero ideal. “Un rosado con personalidad encaja muy bien”, dice Benet. Para ella, sin embargo, uno de los elegidos sería el Xarel·lo Vermell de Can Descregut, que es un blanco con fuerza, hecho de una variedad recuperada y muy versátil. A pesar de ello, en rosados, recomienda el de Can Ràfols dels Caus o el de la bodega Augustus Forum. “Estos rosados son vinos intensos con sabores gastronómicos y que lucen al lado de una pizza que se deshace en la boca”, añade.
Curri indio con Riesling
El curri, a menudo picante y cargado de sabores especiados, puede ser todo un reto a la hora de elegir vino. Pero Benet nos indica un maridaje que completa y armoniza este plato. “Recomiendo vinos con un toque de dulzor, como los Riesling o los Gewürztraminer. Un vino con este binomio equilibra muy bien el picante y realza los sabores especiados”.
La opción ideal para todos aquellos fanáticos del picante y de los platos que juegan con los sabores es un maridaje aromático y con el punto justo de dulzor, no para apagar el fuego, sino para acompañarlo.
Enchiladas mexicanas con un blanco de Alella
Las propuestas gastronómicas mexicanas suelen ser grasosas, llenas de sabor y con puntos de picante. Por ello, piden un vino refrescante y ágil. “Un blanco joven y aromático es ideal”, apunta Benet. La sommelier recomienda variedades como el xarel·lo, el macabeo, un blanco de Alella o una malvasía de Sitges.
“Se trata de vinos con buena acidez, que ayudan a romper esa grasa y refrescar el paladar”, concluye Benet, recordando que son los ideales para maridar y no hacer sombra a estos sabores intensos.
Sea como sea, el vino tiene la capacidad de equilibrar, potenciar y armonizar sabores, incluso en los formatos más cotidianos y en los platos más populares para llevar como son las hamburguesas o las pizzas.
