El verano se va apagando, pero aún estamos a tiempo de atrapar sus últimos rayos y transformarlos en recuerdos líquidos. Emma Benet, fundadora y socia del Club DonesVi, propone a Vadevi cinco vinos que rinden homenaje a la playa, a las sobremesas y a las veladas que no deberían terminar nunca. Cada botella es un paisaje, una textura y una manera de conservar el verano en la copa.
Supernova – Ca’n Verdura (Mallorca)
En Binissalem, en el corazón de Mallorca, la variedad autóctona mantonegro recupera protagonismo gracias al Supernova. Es un tinto fresco y ligero, pero con un alma poderosa, nacido de viñas viejas y suelos de cal roja. “Un tinto fresco de variedades recuperadas, ligero pero con mucha alma”, dice Benet, que destaca cómo “lo antiguo puede volver a estar de moda”. El perfil afrutado y vivo de este vino recuerda los atardeceres de la isla, con el sol que se pone mientras el viento suave acaricia al que la camina.

Pardas Rupestris (Penedès)
Del mar balear al Penedès. Aquí nace un vino blanco de xarel·lo y malvasía de Sitges que, según Benet, es “un vino blanco y muy refrescante”. Vibrante y aromático, muestra notas de hinojo, melocotón ácido y almendra, con un fondo mineral que lo hace irresistiblemente mediterráneo. En la mesa marida con mariscos y ensaladas frescas; en el corazón, evoca la sensación de una noche de agosto con los pies descalzos y conversaciones sin prisa. Es el recuerdo de una luna llena sobre los viñedos y de la brisa que llega de la costa.

Tanca els Ulls – ancestral (Tarragona)
Este ancestral de macabeo nos invita a literalmente cerrar los ojos y dejarnos llevar. Siguiendo el método tradicional, es un pétillant naturel –vino hecho con mucho respeto por la naturaleza– con burbuja fina, frescura sorprendente y un toque salino que remite al mar. “Un ancestral impresionante de Tarragona”, dice Benet, que este trimestre ha incluido en el Club DonesVi. Es el vino de las sobremesas con amigos, de las tapas mediterráneas y de las tardes en la terraza cuando el sol se resiste a ponerse.

Les Cousins L’Inconscient (Priorat)
El viaje termina en el Priorat con un tinto joven que es, a la vez, fresco y profundo. Garnacha, cariñena y otras variedades se unen en un vino accesible y lleno de carácter. “Un tinto joven y goloso, fresco y profundo”, resume Benet. Con fruta roja, notas especiadas y un toque herbáceo, L’Inconscient es como una conversación que comienza con risas y termina con confidencias. Es la fuerza de la tierra del Priorat puesta al servicio de la frescura.

Cuando el calendario nos empuja hacia el otoño, estos vinos nos permiten retener el verano dentro de la copa. Porque, al fin y al cabo, el vino no solo acompaña las comidas: acompaña las emociones. Y quizás la mejor manera de comenzar el otoño es precisamente brindar por un verano que nunca termina del todo.