El xarel·lo es, sin lugar a dudas, la variedad blanca más emblemática de la DO Penedès, una denominación de origen que este año alcanzará uno de sus logros más preciados: la totalidad de la vendimia de sus viñedos registrados será ecológica. Históricamente ligado a los espumosos, el xarel·lo, hoy en día se alza como una de las grandes protagonistas de los vinos blancos tranquilos de calidad. Con su acidez viva, la frescura mineral y un perfil aromático que oscila entre las notas herbáceas, la fruta blanca madura y sutiles recuerdos anisados, el xarel·lo muestra una versatilidad gastronómica excepcional.
Su potencial se expresa a través de múltiples estilos de elaboración, joven y vibrante, criado con lías, fermentado en barrica, envejecido en ánfora o incluso macerado con las pieles. Esto lo convierte en un vino capaz de dialogar con una amplia gama de platos. Os proponemos cinco maridajes que exaltan su personalidad y hacen evidente por qué el xarel·lo es mucho más que una simple uva blanca.

Lubina a la plancha con aceite virgen y hierbas del Mediterráneo
Un pescado blanco fresco como la lubina o la dorada, cocinado a la plancha con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y perfumado con tomillo o hinojo, encuentra en un xarel·lo joven su aliado ideal. La acidez del vino aporta limpieza, y su tensión realza la dulzura natural del pescado.
Quesos de cabra suaves y de pasta blanda
Los quesos artesanales de cabra, suaves o ligeramente madurados, son una combinación deliciosa con xarel·lo. El contraste entre la textura cremosa del queso y la energía del vino crea una armonía en la que las notas lácticas y herbáceas bailan juntas. Un xarel·lo criado con lías finas, le aportará cuerpo, untuosidad y una profundidad sutil.
Arroces marineros y fideuadas
Los arroces con marisco, especialmente aquellos con sofritos concentrados y toques de brasa, encuentran un compañero perfecto en un xarel·lo fermentado o criado parcialmente en barrica, con estructura, equilibrio y longitud. Este xarel·lo es capaz de sostener la intensidad del plato, aportando volumen, especias suaves y persistencia.
Pollo asado con limón y romero
Cuando el pollo se cocina lentamente con limón, romero y un toque de ajo, surge un plato lleno de aromas mediterráneos. Un xarel·lo criado en ánfora o cemento con volumen, tensión y expresión de terruño, añade una dimensión terroso-mineral que acompaña la suculencia de la carne sin enmascarar sus matices.
Ceviche de pescado blanco con cítricos y cilantro
Este plato fresco, cítrico y ligeramente picante se marida sorprendentemente bien con un xarel·lo joven con breve maceración pelicular, que le aporta aroma, textura y volumen. La acidez natural del vino refuerza la marinada, mientras que su persistencia aromática acompaña la intensidad del cilantro y la lima.
Una uva, muchos rostros
Hoy, el xarel·lo es una de las variedades blancas más expresivas y prometedoras del sur de Europa. Elaborado con sensibilidad y respeto, nos habla con autenticidad del paisaje penedesenco. Tanto en vinos jóvenes como en crianzas con lías, envejecidos en madera, ánfora o incluso brisados, el xarel·lo se reivindica como un aliado fiel de la cocina catalana contemporánea.
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