El vino, desde las primeras civilizaciones, ha sido visto desde dos perspectivas. De entrada, la positiva, que se asocia a beber vino con moderación como un hábito saludable, que ayuda a la conversación y hace disminuir las tensiones. El vino como vínculo civilizador es presente a todas las celebraciones y fiestas de la antigüedad, de las religiosas y dedicadas a los dioses, a las colectivas no religiosas, es presente a los banquetes privados y a los banquetes funerarios, forma parte de los simposios griegos y del
El gran filósofo griego Platón (427-347 a. C.), a su obra
Desde la otra punta de mundo, en la Asia, el filósofo chino Confucio (551-479 a. C.) nos dice del vino que

Está mal viste emborracharse
La otra mirada hacia el vino es negativa: tiene que ver con el abuso del vino como causante de desórdenes y como responsable de destrozar los nervios. En la antigüedad estaba muy mal visto beber vino sin mezclarlo con agua, beber sin compañía y emborracharse, era una desgracia y llevaba a la locura, a pesar de que ir un poco bebido y con amigos era frecuente.
«Por Hércules, me han bien ensarronat: el vino que he bebido me ha bien ha habido! Mientras yacía en el triclinio, como creía estar del todo seré».
El filósofo griego Aristóteles (384-322 a. C.) en su
(…) Se verá que el vino conforma los caracteres más varios si se atiende como transforma despacio a los que lo beben: pues aquellos que cuando están sobrios son fríos y taciturnos, se vuelven más charlatanes cuando han bebido un poco en exceso; si beben algo más se ponen grandilocuentes y jactanciosos, y cuando pasan a la acción, desenfrenados; si beben todavía más se ponen insolentes, y después furiosos; mientras que un exceso muy grande los debilita por completo y se vuelven tan estúpidos (…) El vino hace también amorosos los hombres; esto se demuestra porque al ebrio se le puede inducir a besar, incluso en la boca, a personas que, por su aspecto o por su edad, nadie besaría estando sobrio. Aristóteles (
«La noche y el amor no aconsejan ninguna moderación»
Pero el poeta Ovidi (43 a. C.-17 d. C.) no opina el mismo. En su obra
Esta dualidad del vino continúa en la época medieval a la zona cristiana, el vino era una fuente de salud. El médico Arnau de Vilanova (1238/40?-1311) escribió un tratado sobro del vino con fines terapéuticos,