La llegada del solsticio de verano es una de las fiestas más celebradas desde la prehistoria. Es por eso que la mayoría de las culturas tienen su ritual para inaugurar el inicio de una temporada de noches cortas, días largos, sal en la piel y ganas de brindar. En nuestro país, este momento toma forma en una de las fiestas más arraigadas y vibrantes del calendario: la verbena de San Juan.
Aunque a menudo se asocia al calendario cristiano, San Juan es probablemente una de las fiestas con un origen más pagano que todavía celebramos. Reunirse alrededor del fuego, quemar viejos muebles o escritos con deseos, saltar las llamas, comer coca y encender petardos son gestos que hablan de tradición, de comunidad y de una cierta magia colectiva.
Uno de los rituales más dulces de la noche del 23 de junio es, sin duda, el de compartir la coca de San Juan, en alguna de sus múltiples versiones: con crema, con chicharrones, o la clásica de brioche con fruta confitada y piñones. Y, para brindar como es debido, nada mejor que un buen espumoso. Por eso, Vadevi ha pedido a Anne Cannan, enóloga y viticultora de Clos Figueras, tres recomendaciones de cavas para maridar con cada una de las variedades de coca más populares.
Para la coca de crema: María Rigol Ordi Reserva
La suavidad de la crema y la textura esponjosa de esta coca se complementan a la perfección con un María Rigol Ordi Reserva, un cava Brut Nature ecológico elaborado en Sant Sadurní d’Anoia, con más de 24 meses de crianza. Su coupage de Macabeo (40%), Xarel·lo (50%) y Parellada (10%) da lugar a un cava elegante, floral y afrutado, según explica Cannan. Con notas de fruta exótica y un toque dulce que no empalaga, este espumoso “pone un acento afrutado que realza la dulzura natural de la crema”.

Para la coca de chicharrones: Mascaró Cuvée d’Antonio Mascaró Gran Reserva
La coca de chicharrones es una de las más icónicas y singulares de esta festividad. Por eso, Cannan recomienda un cava con carácter como el Mascaró Cuvée d’Antonio Mascaró Gran Reserva, elaborado a partir de uvas procedentes de viñas viejas. Con un color ambarino y burbuja fina, destaca por su complejidad: aromas de frutos secos, equilibrio, cuerpo y un final largo y armónico. Es un espumoso seco y contundente, ideal para contrarrestar la textura grasa y el sabor intenso de los chicharrones.

Para la clásica, la coca de brioche con fruta confitada y piñones: Blanca Cusiné Brut Nature
Para los paladares más golosos y que buscan un maridaje que juegue con los aromas de la pastelería tradicional, la elección de Anne Cannan es el Blanca Cusiné Brut Nature. Elaborado con xarel·lo, pinot noir y chardonnay. Presenta aromas de miel de azahar, higos frescos, almendras y avellanas, con un trasfondo que recuerda la pastelería fina. En el paladar, las notas de fruta madura confitada armonizan con la dulzura de la coca y hacen de este espumoso un acompañante perfecto para cerrar la cena con un toque festivo.
