Este lunes, la Canónica de Vilabertran (Alt Empordà) ha acogido una jornada de referencia titulada De la Uva al Elixir: vinos con tradición y memoria líquida dedicada al pasado, presente y perspectivas de futuro de los vinos dulces elaborados en los territorios de la DO Empordà y del Rosellón. La sesión, impulsada por la Institución Catalana de Estudios Agrarios (ICEA), filial del Instituto de Estudios Catalanes, y organizada conjuntamente por la DO Empordà y el Conseil Interprofessionnel des Vins du Roussillon (CIVR), ha reunido a expertos, elaboradores y profesionales del sector.
Presentado por la periodista Eva Vicens, el acto se inició con la intervención del sumiller, escritor y elaborador Lluís Romero, quien trazó un recorrido histórico por el legado de los vinos dulces empordaneses, un patrimonio vitivinícola a menudo discreto pero esencial para entender la identidad del territorio. A continuación, Jacques Palop, reconocido especialista internacional vinculado al Institut National de l’Origine et de la Qualité (INAO), contextualizó la evolución de los vinos dulces en el Rosellón y su singular relación con los vinos de licor.
Estas intervenciones han evidenciado el momento delicado que viven los vinos dulces tanto en el ámbito de consumo como en el comercial. A pesar de representar un patrimonio enológico y cultural de gran valor y contar con una historia profundamente arraigada en el Mediterráneo, su presencia en el mercado se ha visto reducida de manera significativa en las últimas décadas. Los nuevos hábitos de consumo, orientados hacia vinos más secos y ligeros, junto con un cambio en el estilo de vida y en las pautas gastronómicas, han desplazado a los vinos dulces de las mesas cotidianas y de los momentos de celebración.

Esta disminución de la demanda afecta directamente a la producción y pone en riesgo tipologías tradicionales y procesos de elaboración de alta especialización, a menudo costosos y de largo recorrido. Muchas bodegas se enfrentan al reto de preservar un legado único mientras buscan nuevas estrategias de posicionamiento, formatos y mensajes capaces de reconectar con el consumidor contemporáneo. El futuro de los vinos dulces dependerá de su capacidad de adaptación, de la pedagogía y de la defensa de su valor como productos de territorio, singulares e irrepetibles.
El bloque técnico continuó con Pau Albó, director técnico de la DO Empordà y enólogo de la Bodega Cooperativa de Espolla, quien presentó las principales tipologías de vinos dulces que se elaboran actualmente en el Empordà, destacando la diversidad de estilos, técnicas y criterios de envejecimiento.
La segunda parte de la jornada estuvo protagonizada por una cata guiada por Éric Aracil, codirector y responsable de exportación del CIVR. Los participantes pudieron analizar y comparar ocho vinos —cuatro del Empordà y cuatro del Rosellón—, apreciando los matices que diferencian las elaboraciones, las concentraciones de azúcar y las diversas crianzas.
La clausura del acto estuvo a cargo del director general del INCAVI, Joan Gené, quien destacó el momento de renacimiento y oportunidad que afrontan los vinos dulces en el mercado actual, y la importancia de la cooperación transfronteriza para reforzar su proyección internacional.

