Seas o no amante de las redes sociales, hay que reconocer que estas han roto una gran barrera en cuanto al mundo del vino. De hecho, sin ellas, hablar de vino aún sería sinónimo de un lenguaje técnico, a menudo inaccesible para el consumidor medio.
Esta barrera invisible ha alejado a generaciones enteras de un producto que, en realidad, forma parte intrínseca de la cultura catalana y de lo que es patrimonio. Ahora, cada vez hay más comunicadores que desde las redes, Instagram, TikTok, Spotify o YouTube, han roto este techo y han convertido las plataformas en escaparates donde contar las historias de nuestros viñedos, bodegas y vinos, con un tono cercano y sin pretensiones.
Pol Aluja (@aromadevi_), Sara Oliva (@sara.olro), Anna y Oriol (@narravins), y Marta Clot (@ladelsvins) son cuatro de estas voces imprescindibles. A través de su contenido, contribuyen a democratizar el conocimiento del vino y, al mismo tiempo, a reivindicar el valor del producto de proximidad y de la cultura vitivinícola catalana.

Pol Aluja: “El vino debe bajar del pedestal”
Pol Aluja (Tarragona, 1994) es enólogo de formación y desde Aroma de vi, perfil presente en Instagram y TikTok, se dedica a acercar el vino a la gente. “El proyecto lo empecé hace tres años”, explica, a Vadevi. “Había hecho la carrera de enología y vi dos problemáticas: el vino era muy difícil de entender y causaba rechazo. Quería hacerlo más cercano y fácil, para que se disfrutara sin miedo, con un simple ‘me gusta’ o ‘no me gusta’”.
Para Aluja, el problema del sector radica en el exceso de sofisticación: “El vino necesita bajar del pedestal y dejar de hablar de una forma muy experta. Debemos construir un relato que emocione”. Su apuesta pasa por ligar el vino con vivencias: “El vino debería estar en el Canet Rock o en el Primavera Sound. Es cultura y es para todos. No entiendo por qué se ha vinculado a un elitismo que lo aleja del público”.
Sara Oliva: “Sin palabras técnicas ni rollos”
El camino de Sara Oliva (@sara.olro) hacia el mundo del vino ha sido gradual. “Justo durante la pandemia terminé el curso de sumillería, y descubrí que me gustaba divulgar el mundo del vino a través de las redes sociales. No solo recomendarlo en la tienda”, recuerda, a Vadevi.
Su perfil de Instagram es un compendio de consejos prácticos, recomendaciones de botellas, aplicaciones útiles e historias vinculadas al vino. Todo, con un estilo fresco, directo y sin pretensiones. “Puedes llegar a mucha más gente, especialmente gente joven que tiene una percepción equivocada o distante sobre el mundo del vino”, afirma. Ella está segura de que la clave del éxito es la simplicidad: “Una botella de vino transmite mucho. Cuando lo explicas de forma clara, sin palabras técnicas ni rollos. La gente responde porque quiere disfrutar del vino, no sentirse pequeña o ignorada”.
Anna y Oriol: el vino como patrimonio cultural
Desde el Montseny, Anna y Oriol son los comunicadores detrás del proyecto @narravins. No son profesionales del mundo del vino, pero sí apasionados amantes de su territorio y de las historias que hay detrás de cada copa. A través de su perfil, documentan visitas a bodegas, entrevistas con pequeños productores y catas con amigos, siempre con una mirada cercana y respetuosa.
Narravins es un proyecto nacido con la voluntad de acercar el vino a la gente y difundir la cultura vitivinícola catalana. Una iniciativa que, de manera altruista, lucha por hacer visible este patrimonio, recordando —como ellos mismos afirman en su perfil— que “el vino no solo se bebe, también se escucha y se explica”.
Marta Clot: desde la pastelería hacia el vino
Marta Clot, también conocida como @ladelsvins, se convirtió en divulgadora de vino tras un curso de iniciación a esta bebida. Su presencia en redes se caracteriza por una estética muy cuidada y una comunicación honesta.
Clot habla de vinos como quien habla de libros o canciones, de una manera lúdica, sencilla y distendida. Para ella, beber vino debería ser un acto sencillo, cultural y lúdico, y eso solo se consigue cambiando la comunicación más complicada que siempre ha acompañado al sector.
Estos cuatro perfiles de redes sociales comparten una misma misión: romper con los códigos tradicionales del mundo del vino para hacerlo más inclusivo, atractivo y vivo. A través de sus proyectos llegan a las generaciones más jóvenes, que hasta ahora han sido poco interpeladas por el sector vitivinícola catalán.