La escritora Muriel Villanueva (València, 1976) es una autora prolífica de novelas y de literatura infantil y juvenil. Su última obra es Un pianista en una bodega (Sembra), una novela donde habla del tiempo, de la tierra y del vino. Lo presentó este viernes por la tarde a la librería La Carbonera de Barcelona en, como dijo la misma Villanueva, un «dúo» entre dos escritoras que hace tiempos que se conocen y que, incluso, se ayudan a escribir.
Lo acompañaba Laia Asso, que presentaba ‘La taca’. Dos libros que, a pesar de las diferencias evidentes, se asemejan mucho más del que se podría pensar. Para empezar, las dos hacen un repaso a cuatro generaciones de dos familias. Más allá de esto, pero, son dos novelas «de secretos» y donde los silencios, a menudo, explican mucho más que no el que ha escrito.
Una idea surgida en Falset
Muriel Villanueva ha explicado cómo la génesis de ‘Un pianista en una bodega’ fue en un momento en que estaba «en blanco» en vez de, como normalmente, hacer muchas cosas a la vez. Fue entonces cuando, durante una visita y cata de vinos al Celler Cooperatiu de Falset, se fijó que había un piano en medio de la bodega. Se trataba del que usó Lluís Capdevila en su proyecto, en qué compuso un disco tocando junto a un vino que estaba haciendo la crianza. A partir de aquí, con esto y otras anécdotas, documentándose, pero también recogiendo cosas explicadas por casualidad, empezó a trazar una obra que, en su recorrido temporal, pasa por la relación de una familia con la tierra y el vino.
Capítulos que van de la vendimia a la cata
Con capítulos que llevan nombres relacionados con las fases de elaboración del vino, de la vendimia a la cata, la novela está impregnada de la vida en el campo, de la uva, del vino y de las bodegas, pero también de las vicisitudes que han vivido muchas zonas vitivinícolas catalanes los últimos siglos. Durante la Guerra Civil, por ejemplo, muchas bodegas se convirtieron en refugios, del mismo modo que, ha recordado Villanueva, después algunos refugios han acontecido bodegas. En aquel momento, durante los bombardeos, se tocaba música por calmar las personas que se escondían de las bombas.
La música, un elemento importantísimo
Es por eso, entre otras cosas, que la música tiene un papel tan importando. Tanto, que a la familia protagonista hay músicos, hay quienes se dedican al vino y hay que hacen ambas cosas. La documentación de la autora, pero, tanto la que ha hecho expresamente como la que le va del hecho de vivir en el Penedès, muestra un conocimiento del mundo del vino y de la vida que gira a su alrededor hasta el punto que, como ‘leitmotiv’ de la novela, hay la discusión sobre si «el vino se hace a la viña» o si «el vino se hace a la bodega».
