La Denominación de Origen Cataluña ha sumado un eslabón más en su compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente: recientemente celebra la incorporación de un nuevo distintivo por los vinos que se embotellan bajo su amparo. Se trata del

Identificar buenas prácticas sostenibles
«Con esta iniciativa pionera la Denominación de Origen Cataluña busca dos cosas», valora el presidente de la DO, Xavier Pié. Por un lado, despliega el argumentario, «incentivar las bodegas en la reducción de emisiones de CO2, y contribuir, así, en la lucha contra el cambio climático, haciendo frente a la emergencia climática que vivimos», dice el viticultor.
Y, de la otra, señala poniendo la mirada sobre las personas que beben el vino, «la distinción
Horizonte: neutralidad climática en 2050
Este distintivo reconocerá las bodegas que han hecho una «apuesta decidida» por la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático, en acciones como la mejora de la eficiencia energética de sus instalaciones, la implantación de energías renovables a su cadena de producción o por ejemplo, o la electrificación de su flota de vehículos.
Sea como fuere, para poder optar a la distinción, las bodegas tienen que disponer de la verificación de cálculo de la huella de carbono, que se puede calcular de acuerdo con la norma ISO 14.064-1, y probar la reducción progresiva de las emisiones anuales CO2 para llegar o incluso superar una reducción del 50% en 2030 respecto al año baso 2008; que se ha logrado un porcentaje de energía renovable autoproducida de como mínimo el 35% en 2030; o que se haya llegado a la neutralidad climática (cero emisiones limpias de CO2) de las bodegas de la DO Catalunya en 2050.

Cuando se considera que un vino es sostenible?
La DO Cataluña responde a la pregunta con varios marcadores: cuando su método de producción y consumo es respetuoso y compatible con los límites de la biosfera. Disponer de un sector eficiente y tecnológico, añade, facilita la viticultura sostenible que hay que hacer y que es tan necesaria. «La eficiencia, el ahorro de recursos, contribuirá a reducir el impacto ambiental y a mejorar también la rentabilidad económica de las explotaciones vitivinícolas». También es importante que el consumidor apueste para adquirir unos vinos de proximidad y km0, y así hacer que la huella de carbono sea la menor posible.

