La Denominación de Origen Conca de Barberà ha cerrado puertas este lunes 6 de mayo una nueva jornada profesional en Barcelona, el

Sumado a la oferta de la quincena de bodegas que presentaron producto, el programa incluyó una cata guiada por el sumiller Arnau Marco por varias referencias producidas con la variedad estrella del territorio, el trepat. El sumiller explicaba que la tendencia está en el uso de nuevas técnicas y envases para la elaboración de vinos, siempre respetando la variedad y sus características. Así, la cata quiso mostrar a los asistentes como esta variedad cambia de expresión y evolución según el tipo de recipiente en que se elabora y envejece la mezcla a través de seis referencias.
Como punto de salida, sirvieron el monovarietal

Años difíciles por la sequía y las heladas
Ricard Sebastià, presidente de la Denominación de Origen Conca de Barberà, hace una valoración positiva del evento, y destaca el perfil profesional de las personas que se dejaron caer a Casa Capell. «Nos gusta seguir haciendo esta convocatoria cada año para dar a conocer el panorama actual de nuestros vinos y nuestro territorio». Un panorama que también pasa, como en otras regiones del país, por unas condiciones climatológicas difíciles, marcadas por la falta de agua registradas durante las últimas cosechas, a pesar de que dichosamente cuando hablamos con el presidente acaban de caer unos cuantos litros que dan aire y respiro a los viticultores.
«La afectación a la viña es clara, a pesar de que este año ya nos acercamos a los 200 litros, cuando el mismo día del año pasado solo habíamos contabilizado 37″, apunta. Aun así, «hay cepas que no han podido aguantar y han muerto» o si han superado la sequía, han sufrido las heladas de estos últimos días, lamenta, que «han afectado un poco a todas partes», por lo tanto, la producción global de la región. «No podemos esperar grandes producciones, porque por una cosa u otra, la uva va menguando» dice Sebastià.
Y a la menor producción se suma otro problema, que tiene que ver con los bajos precios a los cuales se paga la materia prima. «En la Conca no es el caso, porque hemos pagado además de un euro el kilo de uva, el problema viene con la fruta que se vende para hacer cava», dice con preocupación. El presidente entiende que la viabilidad del sector pasa para «pagar mejor la uva del cava», y también por «embotellar más producto del territorio con sello DO Conca de Barberà».
El presidente, a pesar de las circunstancias, muestra un punto de optimismo cuando habla del mercado y de la tendencia actual a elegir vinos más suaves y de menor graduación, que definen bien sus trepats. «Tenemos que mirar el futuro en positivo, encontrando la fórmula para poder mantener las viñas y seguir haciendo vinos identificativos, que son los que te diferencian en un mercado global del resto de productos vinícolas».