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DO Pla de Bages: reminiscencia de una vasta y rica tierra de viñas y vinos

La primera vez que viajas en la región de vinos del Pla de Bages te llama la atención un dato: el que recuerda que hace unos cuantos años, entre 1860 y 1890, había sido uno de los más vastos y extensos territorios productores de viña y vino de todo Cataluña. La documentación escrita recuerda la coexistencia de unas veintisiete mil hectáreas cultivadas con la planta de la uva, de las cuales vivían muchas de las familias del territorio. Fue la llamada época dorada del vino del Bages, pero en ningún caso el origen de su vinculación histórica con la producción de este cultivo.

Explican que los primeros indicios hay que buscarlos en las villas romanas. Se conservan algunos restos de cerámica del siglo II-Y a. C., que lo constatan, y también varios restos de ánforas que todavía se pueden visitar y contemplar desde el Museo Comarcal. El primer indicio de producción de vino, documentan, se encuentra a La Feliua, en Sant Fruitós de Bages, donde se localizó una gran piedra que habría sido la base de una antigua prensa del s. IV-V. Con el paso del tiempo, se ha vivido tiempo de más o menos bonanza, en este sector, pero siempre ha habido un íntimo lazo que ha vinculado el territorio con este producto y toda la liturgia que acompaña el proceso de elaboración, con momentos y protagonistas diferentes a lo largo del tiempo, como lo Monasterio de San Benedicto de Bages, que ha tenido tradicionalmente un papel destacado en la historia del vino del Bages.

Sea como fuere, a pesar de que las fechas puedan ser más o menos exactas, hay otro razonamiento histórico que está bien tener presente: el autor del manuscrito medieval Miracula Sancti Benedicti interpretó que el nombre de la comarca venía de Baco, el diez del vino. De Baco, vendría Bacasis y de aquí, Bages.

Del coro de Cataluña al mundo

Situada en el corazón de Cataluña y próxima a Barcelona, esta zona vitivinícola se levanta entre las formaciones montañosas de Montserrat, la sierra de Castelltallat y el parque natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac. Es un paisaje formado de pequeñas parcelas de viña rodeadas de bosque y biodiversidad que se caracteriza por las barracas y tinas de piedra seca que se conservan borde las viñas y que conforman uno de los rasgos más identitarios del territorio. De hecho, está reconocido como patrimonio inmaterial y Geoparc Mundial de la UNESCO.

Museo de la Memoria de la viña y el Vino
Interior del Museo de la Memoria de la Viña y el Vino | Foto: Ruta del vino del Bages

Actualmente, y desde 1995, la denominación de origen Pla de Bages abraza la producción de diecisiete bodegas que suman relato e historia a sus capítulos vitivinícolas. Proyectos familiares, de largas sagas y tradiciones, viñas de propiedad y algunas variedades autóctonas que se trabajan para sumar identidad: hay la picapoll, también la mandó o la sumoll, que garantizan que las raíces del pasado inspiren la visión de futuro con la cual miran y trabajan los actuales viticultores y viticultoras del territorio bagenc.

Unas raíces, un recorrido histórico y líquido que no solo explican los libros de historia, sino que hoy en día también se pueden conocer y aprender a través del proyecto de la Ruta del Vino DO Pla de Bages, desde donde se guían varios recorridos a través de su patrimonio, paisaje, bodegas, vinos y las personas que dan vida.

Mapa de las DO catalanas

Por la suma de la historia, de todo el legado que aporta el territorio de la DO Pla de Bages, también toma bastante el lema Cataluña, el vino es cultura. Una cultura que el Gobierno quiere dar a conocer a través de la campaña de vino catalán más ambiciosa hasta el día de hoy, de la mano del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural y de la INCAVI y que se va desplegando a partir de varias acciones promocionales, entre las cuales, este spot.

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