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DO Terra Alta: el vino, la garnacha y los paisajes que inspiraron Picasso

El territorio que abraza la Denominación de Origen Terra Alta es el más meridional de la Cataluña vitivinícola. Ubicado entre el río Ebro y el Matarranya, en la frontera aragonesa, es uno de los pocos que su cobertura se corresponde con los doce términos municipales de la comarca de la Terra Alta. Es zona de Ports d’Horta, sierras de Pàndols y Caballs, y se caracteriza especialmente por paisajes agrícolas, con una presencia destacada de viña, que convive con cultivos de almendros y olivos y cultivos de huerta.

Se la conoce especialmente por una de las variedades mayoritarias: la garnacha blanca, variedad de uva que no solo lo ha singularizado, como territorio productor de largo linaje, sino también que lo ha posicionado en Cataluña y en todo el mundo. De hecho, es uno de los rasgos identitarios más singulares, que incluso ha inspirado un distintivo único, que defiende y reivindica aquellos productos que se han hecho como monovarietals de garnatxa blanca.

Pocos campesinos del territorio no tienen plantada alguna finca, o parcela, y la suma de todo hace que estén cultivando más del 30% de toda la producción mundial, cifra que representa el 75% de la producción del Estado español y el 90% de la que ha plantada en todo el territorio catalán. Con la blanca, conviven la garnacha tinta y también la peluda, muy minoritaria pero también altamente singular e identitaria. Entre las variedades negras, la garnatxa negra y la carinyena, altamente complementarias en la mayor parte de cupadas que se embotellan.

La variedad es uno de los rasgos identitarios de la región, pero también lo son los paisajes, los suelos de panal. La Terra Alta mujer vinos con carácter, mediterráneos, nacidos de un clima con los contrastes térmicos que favorecen la producción de los vinos de calidad. Estamos en tierra de cierzo y de garbinada, en un territorio de «paisajes picassianos y Mediterráneo de interior», describen los mismos terraltencs, donde los monjes templarios ya cultivaban la viña en el siglo XIII. «Todo lo que sé, lo he aprendido a Orta«, aseveraba Picasso durante alguna de sus estancias en el municipio terraltenc. Y es fácil de imaginar que mientras lo decía, sostuviera una copa de vino de la región.

Por todo esto, por la suma de historia y tradición también desde la Denominación de Origen Terra Alta, se puede afirmar que a Cataluña, el vino es cultura. Una cultura que el Gobierno quiere dar a conocer a través de la campaña de vino catalán más ambiciosa hasta el día de hoy, de la mano del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural y de la INCAVI y que se va desplegando a partir de varias acciones promocionales, entre las cuales, este spot.

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