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La mitad de bodegas catalanas abre las puertas a la enoturismo

Han sido unos cuantos meses de trabajo y de investigación los que ha pedido la creación del estudio Wine Travel Observer (WTO), elaborado por la Escuela de Enoturisme de Cataluña a través del periodista del portal Enoturista David Jobé, que ha asumido las tareas de investigación, y ha contado con la colaboración del Consorcio para la Formación Continua de Cataluña desde el programa Projectat’. Este miércoles 10 de enero se presentaban por primera vez los resultados que permiten tener un conocimiento mucho más profundo de la realidad enoturística de Cataluña.

Actividad de enoturismo entre viñas de Celler Masroig | Foto: Celler Masroig

451 bodegas visitables, un 49% del total

El estudio ha analizado 918 bodegas elaboradoras en activo este año pasado, el 2023, y ha detectado que 451 bodegas son visitables, representando un 49% del total, es decir, la mitad de proyectos del país. Y con datos del mismo año que ahora justo cerramos, han podido contabilizar que estas bodegas han ofrecido hasta 1.683 experiencias de enoturismo diferentes. De estas 451 bodegas se han analizado 50 indicadores, y más de 110 nuevas variables de 102 bodegas representativas de los diferentes territorios y de los tipos de empresas, a quienes se ha hecho entrevistas personales.

«Nos hemos llevado una sorpresa positiva con los datos», valoraba el responsable de la investigación, David Jobé. El periodista ve «con optimismo» que haya la mitad de bodegas catalanas que apuesten por la enoturismo y que se hayan detectado más de 1.600 actividades, de las cuales poco más de un millar (1.100, para ser exactos, que representa el 65% del total) sean fijas, es decir, se ofrecen de manera continuada.

Los responsables compartían durante la presentación que este es la primera vez que se hace un análisis «tan exhaustivo» del sector, que ahora ha querido dar un paso más y entender el conjunto del país, más allá de las estructuras de las DO o las 9 Rutas del Vino sobre las cuales se basaban hasta ahora muchas de las investigaciones en este campo. De hecho, según han compartido durante la presentación, WTO ha contabilizado que un 57% de las bodegas visitables forma parte de estas rutas, mientras que el 43% restante quedaba fuera de las estadísticas.

Sea como fuere, los responsables han insistido en la importancia de sumar sinergias y trabajar plegados todos los actores del enoturismo catalán, empezando por las Rutas, y siguiendo por los restaurantes y alojamientos, que esta vez han quedado fuera del estudio, pero esperan poderlos incorporar en una nueva fase del proyecto. «En este momento estamos ante varios retos, añadía Jobé, uno de ellos, tener precisamente más presente la gastronomía y facilitar experiencias más completas y transversales», pero también que «que se pueda cobrar más por las experiencias y poder trabajar más unidos», apuntaba el periodista, «desde las mismas rutas, hasta el resto de actores que en la actualidad tienen algún papel en el sector del enoturismo catalán».

La formación en enoturisme ha acompañado a la profesionalización del sector catalán | Foto: Shutterstock

La formación como eje central del estudio

Ester Garcia, hasta ahora directora de la Escuela y ahora gerente del Instituto Municipal de Formación de Vilafranca del Penedès, valoraba la importancia de este ejercicio que ofrece una «radiografía muy completa» de la realidad actual. «Es una foto de país«, insistía, recordando que hay mucho trabajo hecho, pero que queda camino para seguir dando forma y sobre todo visibilidad al modelo de enoturismo de Cataluña.

De hecho, Garcia daba un paso más en el análisis y apuntaba que todo ello nace de la inquietud del centro de conocer las necesidades del sector para poder dedicar recursos académicos. Es decir, conocer el mapa al detalle del enoturismo permitirá detectar las demandas reales y perfilar formaciones que garantizarán profesionales formados y especializados para salir adelante este «sector estratégico» para Cataluña.

Una ISO de la enoturismo, exportable en el mundo

Como dato final, pero nada menor, se ha mencionado también que este trabajo tiene la voluntad de convertirse en la ISO de la enoturismo. «Que sea un modelo de estudio exportable en otras regiones vitivinícolas del mundo», apuntaban los responsables del proyecto. De aquí, por ejemplo, que el nombre escogido para dar nombre sea en inglés, Wine Travel Observer, que con una traducción literal vendría a decir Observador de enoturismo.

Podéis consultar el detalle del estudio, siguiendo este enlace.

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