Los vinos catalanes continúan demostrando su prestigio en boca y nariz. Esta semana se han realizado las primeras catas a ciegas de los Premios Vinari, galardones de referencia en el sector vitivinícola catalán. Unos ochenta catadores y sumilleres profesionales han puntuado las más de 900 referencias que se han presentado en esta decimocuarta edición. Unas catas preliminares completamente anónimas, con las botellas cubiertas y sin ningún tipo de aliciente para elegir, más allá del sabor, el olor y las sensaciones. “Cada vez se catan vinos más interesantes, que denotan mucha calidad”, asegura el director de los Premios Vinari, Ramon Roset al finalizar la última ronda de catas a ciegas.
El centro Àgora, vivero de entidades y empresas del Ayuntamiento de Vilafranca del Penedès, ha sido el escenario de una semana pensada para el sector vitivinícola. Todas las referencias que se presentan a los Premios Vinari, este año 912, lo hacen con la intención de salir ganadores de los que ya son los premios más importantes y de referencia en el sector en Cataluña. Una de las partes más importantes del concurso pasa entre bambalinas, meses antes de que comience la gala, cuando los sumilleres se sientan a las mesas con una hoja de puntuaciones delante y ganas de catar los que serán los mejores vinos de Cataluña. «Más allá de los parámetros reales, puntúas también por aquello que te ha emocionado», explica Enric Santisteban, sumiller y jefe del área de vinos de VINSEUM.
“Son unos premios honestos”, expresa Roset, quien confirma que no hay trampas ni engaños, sino que todos los vinos se presentan tapados con una bolsa de plástico negro, sin que los profesionales puedan percibir ni la forma de la botella. Gracias al cuidado que tienen los camareros que sirven estos vinos, los profesionales pueden hacer su trabajo sin dejarse influenciar por nada, simplemente explorando todo aquello que hace un vino excepcional. Esta neutralidad asegura que el veredicto se base únicamente en la calidad de lo que hay dentro de la copa. Es una manera de preservar la pureza de la cata y de garantizar que cada vino tenga las mismas oportunidades de ser valorado con justicia.

Durante la mañana, los sumilleres profesionales han pasado horas sentados frente a copas alineadas con cuidado, dejando que el aroma y el sabor los guíen a través de la experiencia sensorial que representa cada botella. La realidad es que su tarea es, sin duda, la más importante de todo el concurso: son sus criterios, su experiencia y, sobre todo, su honestidad los que terminan definiendo a los ganadores. La misma honestidad que asegura Roset que tienen los Premios Vinari es también la que se pide a los catadores y sumilleres que se encierran dentro de la sala de cata a ciegas, lejos de marcas, etiquetas e influencias. «Debemos puntuar de manera real, y si un vino es bueno, se debe decir«, remarca Santisteban, y añade que después siempre hay espacio para los gustos de cada uno, para matices más personales, pero la base del veredicto debe ser clara, justa y sincera.
Prestigio, calidad y originalidad
Este año los sumilleres han estado de acuerdo en afirmar que hay calidad y prestigio en los vinos catados. Joan Nievas, sumiller profesional reconoce que quizás no es el mejor año, pero sin duda confirma que hay buenos vinos. Una prueba más de que con los años los catalanes hacen mejor vino. También la originalidad es un aspecto bastante moderno para los vinos catalanes. Nievas, expresa que en algunas ocasiones unos vinos blancos que han catado podrían haber pasado por rosados y viceversa: «Aunque se encuentran dentro de DO y, por lo tanto, deben cumplir algunos parámetros, tienen espacio para sorprender», concluye el sumiller profesional.
Esta no será la última vez que un grupo de sumilleres profesionales cate a los posibles galardonados de los Premios Vinari. Hay dos fechas más apuntadas en este calendario preliminar. Las catas finales serán donde se terminará de decidir quiénes son los ganadores, aunque no se desvelará el nombre hasta la gala. “A mediados del mes que viene habrá la cata final de jóvenes y en septiembre la de los vinos de crianza”, concreta el director de los Premios Vinari. En cuanto a los resultados, como ya es habitual en las últimas ediciones, en el mes de junio se harán públicos los reconocimientos a las categorías jóvenes, para que aprovechen la difusión y maximicen las ventas en su mejor momento de consumo. La gala de los Premios, donde se dará a conocer a los ganadores del resto de categorías, así como los premios especiales (reconocimiento a la trayectoria, mejor etiqueta, mejor proyecto ecológico o mejor bodega, entre otros), una vez más se celebrará en octubre, en Vilafranca del Penedès.




