El enoturismo es una pieza clave del modelo de negocio del sector vitivinícola. Sin embargo, cada vez hay más bodegas que apuestan por realizar visitas a sus instalaciones y catas personalizadas. La creciente oferta de actividades pone más difícil a las empresas innovar y crear iniciativas singulares que atraigan a los visitantes. Ser creativo y hacer algo diferente no es una tarea sencilla, pero si se consigue puede llegar a ser la fórmula de éxito para estabilizar la economía del sector. La cooperativa Falset-Maçà no es el típico espacio donde se espera que haya actividades enoturísticas, pero hace tiempo que apuestan por este modelo. Tanto es así que no solo tienen un gran público fidelizado, sino que este año se llevan el Premio Vinari a la Mejor Actividad Enoturística, el máximo reconocimiento de los galardones catalanes.
«Siempre que pensamos en vino, pensamos en adultos y nosotros queríamos cambiar esta visión», explica Maria Martí, técnica de enoturismo de la cooperativa. La visita teatralizada de la entidad es toda una declaración de intenciones y los ha llevado al podio más alto de los Vinari de Enoturismo. La cooperativa del Priorat presenta en sus visitas a Ton, un antiguo trabajador de la bodega jubilado, entrañable y extraordinariamente hablador que acompaña a los visitantes por los espacios emblemáticos de esta joya del modernismo agrario y los introduce en los vinos y vermuts de la bodega con una mirada personal y divertida. La visita se convierte en un teatro en vivo que permite a los visitantes aprender de la historia de la cooperativa, mientras disfrutan de una obra de teatro viva, única y original. El recorrido finaliza en la sala de catas, donde se degustan tres vinos de las gamas ÈTIM, el Castell de Falset y los Vermuts de Falset, los emblemas de la cooperativa Falset Marçà, elaborados dentro de la DO Montsant.

Con esta puesta en escena, la visita y la cata se convierten en actividades para todos los públicos, con una clara apuesta por integrar cualquier tipo de visitante en sus iniciativas enoturísticas: «Incluir todo tipo de clientes buscando esta experiencia más divertida y diferente del resto», reconoce Martí. Para Robert Perelló, presidente de la cooperativa del Priorat, «el enoturismo es una apuesta de hace años». De esta manera, la visita teatralizada no es una idea reciente, ni tampoco la única iniciativa de turismo del vino que realizan en Falset-Maçà. Sin embargo, Perelló recuerda que «el Ton nos ha dado un gran resultado».
Enoturismo cooperativo
Si bien es cierto que el enoturismo no es exclusivo de las bodegas, la realidad es que pocas veces se ven entidades o cooperativas en proyectos tan complejos y con tanta clara necesidad de tener recursos. Además, también hay que entender que en las cooperativas hay una toma de decisiones bastante transversal, lo que provoca que prácticamente todas las decisiones deban ser unitarias. El presidente de Falset-Maçà no niega que sea complicado hacer enoturismo dentro de las cooperativas, porque «hay muchos dueños». Dicho esto, sin embargo, confirma que una vez tuvieron claro que era un modelo de negocio viable, todos lo aceptaron. No obstante, Perelló también elogia el trabajo de sus técnicos, ya que «son ellos los responsables del trabajo del día a día y quienes hacen todo posible». En este sentido, el presidente explica que a pesar de las dificultades, «tienen toda la confianza de la cooperativa».
Por su parte, Martí recuerda sus inicios, cuando varias personas le advirtieron de no trabajar en una cooperativa. Ahora mismo, sin embargo, la técnica de enoturismo afirma que «no ha costado nada» avanzar hacia la mejora de las visitas a las instalaciones, así como la propuesta de ideas innovadoras que hoy, les hacen ganar premios. «Son una cooperativa muy valiente, no se lo pensaron dos veces para invertir en enoturismo y eso nos ha facilitado mucho el trabajo», concluye orgullosa Martí.
