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Los nuevos viñadores se van de feria, un año más, al Penedés

Este año ya celebran la tercera edición, y vuelven con más ganas y novedades que nunca. La Feria de los Nuevos Vinyataires de Cataluña está fijada para el último domingo de febrero, día 25, y el lunes 26 en La Sala, espacio que se encuentra ante la tasca MamBo en Sant Llorenç d’Hortons, en Penedès, y suma este año, a la oferta de los expositores la proyección de documentales y una clase magistral sobre el mundo de los fermentados. Por pasos.

Este año serán 43 los nuevos viñateros participantes en la convocatoria, dando a conocer sus vinos. Sumado a la oferta de catas de los dos días de feria, habrá una oferta complementaria que abrirá las puertas al debate y la reflexión. De entrada, se proyectarán las piezas audiovisuales Fermentación Espontánea y La Contra etiqueta de la fotógrafa y sumiller Clara Isamat; y el domingo 25, los sumilleres Ida Mogren y Benji Sher, promotores de Suc Suc Wine, guiarán una cata con la idea de generar debate alrededor de la pregunta ¿Quién tiene derecho a decidir si un vino es natural o no? En esta edición también se estrena un córner con fermentaciones que contará con Kombutxa La Valiente de Valls, Sidra Serpientes de Girona y Cerveza Mager del Penedès. Un año más, la tasca MamBo servirá platillos con productos de temporada a los asistentes en un formato de street food por comida.

El precio individual de la entrada es de 12 euros e incluye una copa serigrafiada. Durante los dos días se podrá acceder a la feria desde las 11:00 h de la mañana y hasta las 19:00 h de la tarde. Los organizadores confían superar el millar de visitantes de la edición pasada.

Cartel de la 3.ª edición

Los participantes son propietarios de proyectos que hace menos de 5 años que hacen vino desde diferentes puntos de la geografía catalana, sur y norte. Todo ello, dice la organización, con el objetivo de «seguir haciendo visibles los proyectos enológicos de nuevos viñadores» porque tanto el consumidor final como los profesionales los reconozcan. Hay desde personas jóvenes que empiezan el oficio a reconversiones profesionales, viticultores que pasan a hacer vino o personas que compaginan el trabajo de la tierra con otra actividad profesional, y llegan des del Penedès, Maresme, Vallès, Terra Alta, Lleida o el Rosselló, entre otros.

Se suman a la revuelta campesina

La organización de la Feria también quiere mostrar su lado más reivindicativo. Creen que una manera de hacer frente al momento trascendental que vive la payesía y, en particular, la viticultura es «generando valor con el producto y concienciando el consumidor de que hay que comprar producto de calidad directamente al campesino o a través de un intermediario de valor». De aquí que el acontecimiento, digan, quiera acompañar la sublevación de la agricultura y ramadería actual.

Como balance general, celebran la acogida que ha tenido esta tercera edición la feria y consideran necesario seguir acompañando los nuevos viñadores y comunicar el significado de esta palabra: «Un campesino que trabaja la viña, que elabora fruto de uva y que defiende comercialmente su proyecto vitivinícola. Su principal valor es el buen uso de la agricultura, el buen trato de la uva y la conservación y cura del paisaje», puntualiza Rubén Parera, uno de los impulsores de la feria. También consideran que es «muy importante» de hacerlo desde el entorno rural, en pueblos vitivinícolas que hacen de altavoz del vino y a través de espacios gastronómicos como la tasca MamBo.

Participantes en una de las primeras ediciones de la feria  | Foto: cedida

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