El grupo de bodegas cooperativas Castell d’Or regresa esta Navidad con una campaña que busca celebrar las pequeñas cosas del día a día. El relato de este año se aleja de las grandes celebraciones, de las expectativas y de la idealización que rodean estas fechas. Por el contrario, Castell d’Or apuesta por una propuesta más austera, donde el foco no está puesto en el glamour, sino en todas aquellas pequeñas emociones diarias que hacen de las fiestas un momento especial: «Los gestos espontáneos y los instantes imperfectos que, precisamente por eso, son plenamente nuestros», asegura la entidad en un comunicado.
Bajo el concepto La autenticidad que es nuestra, la campaña nace de la idea de reivindicar el valor de la cercanía y la verdad. “La vida está formada por pequeños instantes. Aparentemente banales… aparentemente imperfectos. Pero hay cosas que parecen pequeñas… y son, en realidad, esenciales”, confirma la campaña. Con esta mirada, Castell d’Or busca valorar aquello que también define sus vinos y espumosos: «autenticidad, cercanía y arraigo», argumentan. Según apuntan, todos sus productos son elaborados con dedicación, con calidad, con un profundo respeto por el territorio y una singularidad que los hace perfectamente imperfectos.
Productos sin artificios
Castell d’Or defiende que sus productos no necesitan artificios para demostrar su valor y de la misma manera confirman que la Navidad tampoco necesita ser perfecta para ser celebrada. Para la entidad, las fiestas deberían poner como prioridad las emociones compartidas, lo que realmente mueve a las personas durante la Navidad. «Brindar con Castell d’Or es hacerlo desde esta verdad: desde la calidez de lo auténtico, de las raíces que nos definen y de los instantes que, sin ruido, dan sentido a las celebraciones», concluyen desde el grupo de bodegas cooperativas.
