Eduard Pons alterna la dirección del Grupo Pons, que incluye la bodega de las Garrigues Clos Pons (DO Costers del Segre), con el pilotaje de rallys y carreras todoterreno. De esta segunda actividad, asegura no considerarse profesional. Pero el cierto es que compite con los más grandes y recientemente ha ganado una prueba del mundial que se disputó en Grecia. Aprovechamos la celebración del
- Eduard, tú ya tenías una vocación como piloto…
Sí. Yo empecé en 1986 en el mundo del motor. Había una afición familiar que seguí. Me inicié en las categorías inferiores del campeonato Cataluña, en el ámbito de rallies, y pronto evolucioné hasta participar en campeonatos de España. Llegó un momento, pero, en que las obligaciones familiares y empresariales me forzaron a hacer una parada. Afortunadamente, desde el 2017 he podido retomar la actividad deportiva.

- ¿Cuánto de tiempo duró la parada deportiva?
La pausa fue en 2008, y duró hasta el 2016. Desde el 2017 estamos en activo y con programas muy interesantes.
- ¿Qué te encontraste en el Grup Pons cuando aterrizaste al negocio?
Pons es una empresa familiar de cuarta generación que tenía unas trayectorias de internacionalización, pero sin el poder de la marca. Mi tarea era llevar la empresa a otro nivel. En Garrigues, hemos tenido la gran suerte de recibir el agua y esto nos ha permitido pasar de ser puramente comercializadores, teniendo que comprar aceite a terceros por carencia de producto en nuestro territorio, a ser exportadores con marca propia. Y dando valor añadido al producto. En esta línea ya abrimos la bodega Clos Pons… Esta ha sido mi gran misión; y en este hito me concentré desde el año 2008 al 2016. Hicimos un gran arranque en este aspecto.
Y, desde el 2017, he tenido algo más de tiempo y así he podido combinar, junto con la familia, mis dos grandes pasiones profesionales y semiprofesionales que son la empresa y el automovilismo.
Controlar la adversidad
- Después de estos ocho años al frente de la empresa y una vez has vuelto al mundo del motor, ¿qué paralelismos ves entre la dirección de la bodega y planificar un rally?
La similitud más grande es el control de la adversidad. Son dos mundos con mucho de riesgo donde se tienen que tomar decisiones sobre la marcha y de manera constante. Los dirigentes tenemos que ser personas ultra resilientes, tanto como piloto como a escala empresarial. Seguramente, a causa de mi carácter empresarial, estos últimos años me he inclinado para correr en cross-country, al correr en resistencia. Era algo que me apasionaba desde hacía años. No he apartado los rallyes, pero sí que me he concentrado en carreras de todoterreno de larga distancia y es donde últimamente me encuentro más a gusto. Hay ciertamente un paralelismo entre la empresa y el motor porque ir a correr un Dakar por ejemplo, que son catorce días y cada uno presenta mil dificultades. Además, es una prueba en que no se sabe nunca cómo acabará la jornada. Todo ello es idéntico a la empresa, puesto que cada día que vas a trabajar es una nueva adversidad.
- El Dakar ¿es una formación continua concentrada en catorce días?
Es verdad que si tienes una empresa y piensas que la llegarás a controlar un día, en el ámbito de tener tranquilidad, estás ante una utopía. Es lo mismo que correr un Dakar, es decir, en este rally todo va bien y funciona y, en cualquier momento, cambian las cosas. Soy muy consciente que me llegarán las adversidades, que se tienen que gestionar rápidamente y bien, y que cada adversidad es un paso más para avanzar. Y esta es la gran similitud. El motor me ayuda a evadirme y a adquirir concentración empresarial. Me tiene muy oxigenado mentalmente. Y, la verdad, ya hace años que juego con esta simbiosis que para tener la energía que tengo dentro de la empresa y montar acontecimientos, necesito este oxígeno que me da el mundo del deporte.

«Un Dakar es como una campaña de uva o aceite»
- En tu palmarés has sumado una última carrera. ¿Cuál es?
Hablamos de un nivel en el que yo no soy profesional, puesto que me gano la vida elaborando y comercializando vino y aceite, pero estoy compitiendo en un nivel profesional. Ahora mismo he llegado de Grecia y he ganado la última carrera del campeonato mundial. Hay que tener en cuenta que todos mis rivales directos son profesionales, es decir, se dedican solo a esto. Estamos llevándolo todo a un nivel máximo. Estamos preparando el Dakar con muy buen nivel. Creo que tendremos un equipo para estar muy arriba. Esta es mi misión, no tanto de buscar el resultado, pero sí de hacer las cosas muy hechas.
- ¿Una competición de este tipo la planificas como una campaña de aceite o de vino?
Un Dakar, como una campaña de uva o de aceite, dura todo un año. Es un rally en el que, bajas del último Dakar, le das un poco de oxígeno a tu seso y un poco de comida en tu cuerpo porque se recupere y, a partir de entonces, ya empieza la planificación de once meses y medio por el próximo Dakar.
Pons Food Festival
Medio millar de personas se dieron cita en el

