«Mucha gente nos pregunta si somos los elaboradores del Kripta«, comparte a guisa de anécdota Gemma Torelló, segunda generación de la bodega Agustí Torelló Mata, ATM. De hecho, esta bodega de cerca de medio siglo de vida tuvo al mercado durante cerca una década solo con este icónico vino espumoso altamente característico por la botella que viste el líquido y que tiene forma de ánfora. Sea como fuere, la evolución e incorporación también de la tercera generación, con los hijos de Gemma y Àlex, ha abierto las puertas a una reflexión del nombre con el cual dan a conocer sus espumosos en Cataluña y el mundo.
Este lunes 5 de febrero, en el contexto de la
«Es un vino único que nuestro padre concibió siguiendo unos valores que siguen vivos y que definen la esencia de nuestro trabajo con los cavas», apunta Àlex Torelló. Se refiere a «vinos honestos, con personalidad, que hablan de territorio, de proximidad» y que apuestan por variedades tradicionales del Penedès, como las xarel·lo, macabeo y parellada.

«La última genialidad» de Agustí Torelló Mata
«Hemos intentado que el cambio sea visible, que se identifique deprisa, pero sin cambiar la esencia», continúa Gemma. Y entienden que es el momento de presentarlo porque la reflexión ya está madurada, pero sobre todo porque «padre sigue vivo, con sus 89 años» y han querido que no solo vea el cambio, sino que lo apruebe. Y así ha sido, insisten los descendentes, puesto que el patriarca está de acuerdo en el hecho que Kripta sustituya Agustí Torelló Mata como concepto, como marca. «Es su última genialidad«, una apuesta «elegante que dará nombre a productos de calidad y personalidad, que hablan de proximidad y de territorio», añade la segunda generación.
«La trayectoria y pericia de todos estos años nos ayuda«, comparte Gemma Torelló cuando hace un poco de balance de la historia y el arraigo de ATM. «Todo el mundo puede hacer un cava top un día, pero que se mantenga entre los mejores durante 45 años, es ejemplo que el trabajo se ha hecho bien», concluye.