Son medidas preventivas porque todavía tienen la esperanza de que llueva y se pueda revertir la sequía extrema que asola el campo catalán y la producción de producto vínico. Aun así, la Denominación de Origen Cava ha puesto sobre la mesa una serie de «medidas excepcionales» que quieren afrontar la bajada de producción de uva y, en consecuencia, el déficit de producto embotellado al mercado. Todo ello, según ha confirmado la DO a Vadevi, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad del producto y de un sector amenazado por la climatología y la falta de lluvias.

Tres medidas: rendimientos, extracción y racimos fuera del registro vinícola de la DO
Se están considerando tres nuevos escenarios a partir de la campaña 2024 que, según la entidad, solo se adoptarán para la producción de los Cavas de Guarda.
Por un lado, las regiones que tienen un rendimiento más alto de viña y que así lo puedan acreditar ante el Consejo Regulador, podrán destinar a un fondo climático unos rendimientos de hasta quince mil kilos por hectárea. De este modo, el rendimiento adicional se podrá destinar a hacer cava, siempre con la autorización del CR.
Como segunda medida, se podrá destinar a fondo climático un rendimiento de extracción de hasta el 74% –un porcentaje superior al 67% que establecen los pliegos de condiciones actuales-. De nuevo, hace falta autorización y control de la trazabilidad y calidad fijada por el Consejo Regulador.
Por último, y de cara a la vendimia 2024, se permitirá utilizar uva de parcelas que no estén inscritas al registro de explotación vitícola de la Denominación de Origen Cava, pero que se encuentren en fincas ubicadas en el territorio de la DO. Estamos hablando de un máximo -y en ningún caso podrá ser superior- del 15% de la producción de cada bodega elaboradora de vino base. De nuevo, con autorización del Consejo Regulador y aprobado que el producto encaje con los «estándares cualitativos» que estipula la entidad. Esta medida, puntualizan, tendrá una vigencia de un año.

Todas las medidas, insisten, tienen por objetivo «salvaguardar la calidad» del producto y se aplicarán a partir de unas «estrictas medidas de control de calidad» de la misma DO, que «seguirá garantizando la trazabilidad del cava desde la viña hasta la copa». En tres años, añaden, se valorará si se libera esta reserva, la cual se controlará un par de golpes en el año, como es habitual en el sistema de funcionamiento de la Denominación de Origen.