VadeVi
Costers del Segre, entre la sequía extrema y la lucha contra el mildiu

La dimensión, variedad de paisajes y diversidad de la Denominación de Origen Costers del Segre se hace evidente este año de clima extremo. Mientras que subzonas como Garrigues o Vall del Riucorb sufren una sequía extrema que pone en riesgo la cosecha de uva; en el Pallars, algunos luchan contra el mildiu después de muchos días de lluvias. En el Segrià, Urgell y Artesa, la sequía ha sido constante y solo se ha visto aliviada en algunos puntos por las últimas tormentas de finales de julio.

Sara Jové, Mas Blanch y Jové | Foto: Rafa Gimena

Preocupación por la situación

La subzona Garrigues de la DO es uno de los puntos vitivinícolas de la demarcación leridana que está sufriendo la sequía de una manera más extrema. «Enfrentamos la sequía como podemos porque la situación es dramática«, lamenta Sara Jové, propietaria y directora de la bodega familiar Mas Blanch i Jové de la Pobla de Cérvoles. La viticultora de la Pobla de Cérvoles asegura que «han caído menos de 200 litros por metro cuadrado. Y tenemos una reducción de la cosecha de un 50% respecto a una añada normal».

Entre las inversiones y medidas habituales para garantizar el suministro de agua, Jové detalla que «tenemos riego gota a gota, algunas bases y, incluso, tenemos algunas fuentes; pero, a causa de la falta de lluvias todos estos recursos están debajo mínimo y no su jefe solución».

Más allá de esta campaña, Sara comenta con seriosidad que «bien es verdad que estamos muy preocupados. Y si esta situación se va repitiendo; es una circunstancia que puede poner en peligro la bodega y la agricultura de la zona.

Pau Moragas, de la Cooperativa L’Olivera | Foto: L’Olivera

Racimos más pequeños con bayas más pequeñas

«Como productores tenemos que cambiar los parámetros de funcionamiento ante la sequía porque las viñas cambian mucho. La productividad se vuelve más baja y esto es un problema muy grande por los viticultores», explica Pau Moragas, director técnico del Olivo en Vallbona de les Monges (Urgell), dentro de la subzona del Valle del Riucorb de la DO Costers del Segre.

Respecto a la cosecha, Moragas explica que «los racimos son más pequeños con bayas más pequeñas. Esto, en el caso de los racimos negros, supondrá una mayor concentración. A pesar de que faltará ver, si es una concentración equilibrada con suficiente superficie de hojas para alimentar estos racimos; al contrario se trata de una concentración desequilibrada.»

En Pau considera que la carencia de agua «afecta sobre todo a la productividad. Por otro lado, la sequía, enjarje a altas temperaturas, también puede provocar cosechas más precoces. Con graduaciones más altas». Y Moragas vaticina que «será un año de poca producción. Hecho que afectará mucho al sector porque la uva será escasa y tendrá un mayor precio. Veremos como evoluciona todo».

Por otro lado, el técnico del Olivo también considera que «los años extremos nos dan información relevante sobre muchas cosas, una de ellas es la resistencia de las variedades a situaciones extremas; la resistencia de diferentes portaempelts, ver como algunas variedades mediterráneas resisten mejor el calor o radiación extrema que otras de atlánticas. Incluso dentro de las variedades mediterráneas podemos ver que unas aguantan más el solo extremo. En el ámbito de parcelas también observamos las que pueden retener mejor la humedad. Los bonos terreros son aquellos en los cuales las cepas se adaptan todo y las diferencias climáticas; y la planta se mantiene equilibrada». Así, «estos años extremos nos permiten comprobar algunas de las opciones técnicas implementadas en cuanto a variedades o sistema de conducción. Por ejemplo, constatamos que la sombra que genera el vaso protege mejor la uva que el emparrado».

Miquel Garcia, de Lagravera | Foto: Rafa Gimena

Controlando la cubierta vegetal

Más tranquilos se muestran a Lagravera (subzona Segrià, DO Costers del Segre), que confían en una buena cosecha. Su responsable de campo, Miquel Garcia, explica que «a nosotros la sequía nos ha afectado muy poco, la primera parte del año fue muy seca y costó que el sistema vegetativo se desarrollara correctamente. Las aguas llegaron en plena floración; y va brimar buena parte de la flor. Desde el 8 de mayo nos han caído unos 175 litros, y por eso hemos tenido que hacer fitoterapia por el mildiu más que por la sequía».

El técnico de esta bodega, en lo referente a Lleida en agricultura biodinámica, asegura que «para paliar la sequía es importante mantener la cubierta vegetal al mínimo exponente, para que no haya competencia por el agua. Hagamos una poda en verde, para que la planta no trabaje tanto; y de este modo no lo estresamos. Y finalmente, hacemos tratamientos con infusión de manzanilla para refrescar la planta y que esta pueda continuar trabajando con las pocas reservas que le quedaban del invierno».

Como anécdota Miquel recuerda que «este año nos ha helado, granizado, hemos sufrido la carencia de agua al comienzo, y un incendio en la mitad alrededor de San Juan. Solo nos falta una plaga de saltamontes…». «Pero de todo nos hemos salido, y este año gracias a los litros caídos, esperamos una buena cosecha y con una viña muy sana, teniendo que echar uva al vinyet, por exceso de producción en el caso del sumoll blanco o en el encontrado blanco», añade con optimismo.

Josep Maria Rabasa, de la bodega Batlliu de Sort | Foto: Rafa Gimena

Lucha constante contra el mildiu en el Pallars

En el otro extremo, la subzona del Pallars de la DO, a una altura que supera los 900 metros, la bodega Batlliu de Sort vive una situación muy diferente. «A nosotros nos ha llovido sesenta días seguidos sin cesar; y nos encontramos en una lucha constante contra el mildiu«, explica Josep Maria Rabasa, socio propietario y responsable de la bodega. Batlliu de Sort hace unos años que también vinifica uva procedente otras viñas de la Cuenca de Tremp (Pallars Jussà). En este caso, Josep Maria, explica que «en la zona de Tremp ha llovido menos; con unas cantidades de agua que son suficientes por el buen desarrollo de las cepas».

A pesar de que en el Pallars, también son habituales las granizadas que acompañan alguna tormenta de verano, Rabasa explica que «a la viña de Olp no son habituales; y por suerte no hemos tenido». Josep Maria, puntualiza que a pesar de que «lo Fogony es un viento propio del invierno» (producido por las tormentas atlánticas que llegan hasta el Port de La Bonaigua a la banda aranesa); este año «también está habiendo algún episodio de viento que contribuye a secar las plantas contribuyendo a la sanidad vegetal del viñedo».

Més notícies
Notícia: Cómo afronta el vino la sequía: buenas prácticas de un sector resiliente
Comparteix
Los viticultores han visto claro que están ante una amenaza grave y hace años que actúan: poda corta, siega de cubiertas vegetales, adelanto de la poda en verde...
Notícia: Gramona inaugura la campaña de vendimia 2023, marcada por la extrema sequía
Comparteix
Ante las complicaciones climáticas, Roc Gramona considera que habría que hacer "un replanteamiento del modelo productivo"
Notícia: Gramona inaugura la campaña de vendimia 2023, marcada por la extrema sequía
Comparteix
Ante las complicaciones climáticas, Roc Gramona considera que habría que hacer "un replanteamiento del modelo productivo"

Nou comentari

Comparteix

Icona de pantalla completa