Un centenar de empresarios y profesionales de bodegas, restauración y viticultura de la Terra Alta han participado en la jornada
En la Terra Alta, por ejemplo, el sumiller ha destacado que el sector tiene que reforzar y proyectar todas las singularidades que tiene, como la variedad autóctona, el modernismo, el patrimonio, el paisaje o la cultura. «El enoturismo, lo siento, pero no existe. Existe el turismo y con el cupaje con la historia o el arte, tiene que sacar partido el mundo del vino», ha defendido Centelles.
De hecho, para el sumiller, el sector tiene que encaminar también su proyección en sus «valores intangibles» porque «sus vinos ya expresan territorio» y este es «un valor no tan evidente, ni fácil» de conseguir. «La calidad y la modernización de las bodegas de la Terra Alta ha sido básica, pero ahora se trata de explicarlo y de hacer entender la historia, de contar qué partido puede sacar el cliente en probar un vino de la Terra Alta«, ha reivindicado.

Deberes para las bodegas de la región
El sumiller ha puesto deberes a las bodegas y profesionales del vino de la Terra Alta: «mejorar y mirar hacia fuera para explicar sus vinos en el mundo» y ganar «valor, precio y reconocimiento». Concretamente, Centelles ha propuesto crear un centro de interpretación íbero del vino, a partir de los restos arqueológicos descubiertos al yacimiento del Coll del Moro, reivindicar el legado de Gaudí a través de la obra de su discípulo César Martinell y las catedrales del vino, o crear un sello «único e identificable» para las botellas de vino que represente todos estos valores.
Explicar historias incrementa el valor de los vinos
Sobre la garnacha, una «variedad ancestral» que no se sabe de donde viene, el sumiller de elBulli también ha pedido más investigación, sobre todo por romper mitos sobre su acidez y frescura y para descubrir las potencialidades que tiene la variedad a partir del compuesto aromático TDN (trimetil dihidronaftalen). Centelles ha animado la DO a sacar rédito del estudio científico japonés que analiza, según el ascenso de los aromas, cuál es la mejor copa de vidrio donde servir cada vino y descubrir cuál es «la copa de la garnacha».
Finalmente, Centelles ha mostrado un estudio de elBulliFundation, los resultados del cual se publicarán pronto, que demuestra que hace falta «seducir» para promocionar un producto y que las recomendaciones de un vino tienen que responder al «por qué» y a las emociones, no a informaciones descriptivas.
Explicar historias incrementa el valor de los vinos y ha puesto un último reto a los productores de la Terra Alta. «No tiene que dar miedo hacer productos exclusivos, vinos magníficos a precios elevados», ha defendido, sobre todo porque es un segmento de mercado donde la sumillería echa de menos referencias de la comarca. «Sed valientes», ha añadido.

Laboratorio de emprendimiento
El presidente en funciones de la DO Terra Alta, Joan Arrufí, ha agradecido la organización de la jornada convencido que «el mundo vitivinícola tiene que continuar aprendiendo y escuchando» y ha defendido que es momento de invertir para promocionar la comunicación del trabajo que se hace en la comarca, después del crecimiento exponencial de los últimos años y de una presencia dentro de y fuera del país importante. Según datos de la propia DO, actualmente exportan el 55% de la producción.