«La situación general es bastante desesperante«, dirá, y, aun así, Roc Gramona se siente animado para afrontar la primera jornada de vendimia que inaugurará la campaña 2023 de la bodega del Penedès y muy probablemente de toda Cataluña. La cosecha de este año viene totalmente condicionada por la falta de agua, no solo a lo largo de este último ciclo, sino de los últimos dos años. «La situación se está haciendo cada vez más insostenible«, lamenta a Vadevi el joven viticultor, quien ya apunta que la grave situación hace que haya cepas que se están muriendo de sed.
«Dicen que quizás lloverá en agosto», puntualiza, «pero si la predicción se cumple, el agua llegará cuando ya habremos acabado de cosechar». Porque, además, el calor está provocando que la uva madure deprisa, y no se pueden permitir perder todavía más kilos por sobremaduración o podredumbre. «No tiene sentido esperar más», espeta. De hecho, cogemos a Roc entre viñas, puesto que este 26 de julio empiezan la campaña. «Las variedades tempranas que ya tienen el grado alcohólico potencial que volamos para nuestros vinos espumosos», explica, y por eso hoy empiezan a recoger el chardonnay de los compañeros de Alianzas por la Tierra que destinarán al Imperial y, el pinot noir, que sale de las plantas de la icónica finca Mas Escorpí y que destinen a su Argent Rosé. En este último caso, comparte en Roc Gramona, podríamos estar hablando de la última cosecha. «Los rendimientos de esta variedad están siendo minúsculos, y nos estamos planteando arrancar y plantar una variedad más adaptada a la situación climática actual».

Pérdidas de hasta el 50% y dificultades de elaboración
La campaña se prevé, pues, complicada: «Esperamos pérdidas de producción de hasta el 50%», dice, de entrada. Pero además, «será más lenta, porque los recogedores tendrán que repasar las cepas con más detenimiento», detalla; y sumado a la falta de racimos, sufren ante los posibles problemas en la vinificación, porque «el grano está pequeño y habrá poca pulpa para hacer la extracción». Todo ello, describe, «complicará el momento en que el grano tenga que pasar por la prensa«. «Será dramático», lamenta.
Por todo ello, se aventura el joven viticultor, quizás ha llegado el momento de repensarse. «Tendremos que plantear un cambio de modelo, ser más selectivos en la hora de plantar, cambiar densidades de plantación, plantar variedades más resistentes…». El futuro de la viticultura pasa por eso, insiste Roc Gramona, y reivindica la «valentía de los viticultores» que, a pesar de todo, continúan con ánimos de cuidar todo el ciclo vital de la cepa y prepararse por la cosecha, venga como venga. «La situación no es fácil, pero como ya hace muchos meses que sufrimos la situación, nos tenemos que coger las cosas con positividad», concluye.