Acercar el vino a la gente joven es uno de los principales retos del sector que detecta Isidre Ribalta, nuevo presidente de la DO Costers del Segre. Ribalta, gerente de Carviresa (Tàrrega), ha tomado el relevo a Tomàs Cusiné en la presidencia de la Junta este mes de julio. Este cambio se produce a medio mandato, tal como se acordó al inicio y así lo publicó Vadevi. Ahora, el viticultor y bodeguero de Tàrrega se prepara para cerrar dos años más de mandato con retos y esperanzas.

¿Cómo definiría la denominación de origen Costers del Segre a alguien que no la conozca?
Costers del Segre es una denominación de origen muy diversa, muy amplia. Una denominación que da mucha libertad para poder innovar, dando alas a la creatividad, y aún la hemos podido abrir más en los últimos meses con la reforma del pliego de condiciones. Con esta modificación, hemos podido eliminar algunas restricciones anacrónicas que no se correspondían con las tendencias actuales. Restricciones respecto a la turbidez de los vinos, nos hacían desclasificar vinos sin filtrar o clarificar independientemente de su calidad. Esto, ahora, ya no es así. Encontrábamos otras restricciones respecto a los mínimos de color, especialmente de algunos rosados. Pienso que, entre todos, hemos avanzado y acercado Costers del Segre a los nuevos tiempos.
¿Qué considera como la característica más valiosa de Costers del Segre?
Sin duda, lo más valioso de Costers del Segre es la diversidad de terruños de las diferentes subzonas que configuran la denominación. Los siete paisajes, como nos gusta denominar esta diversidad, del Segrià, Raimat, Urgell, Garrigues, Vall del Corb, Artesa y Pallars, constatan las diferencias de los vinos de unas zonas con mucha riqueza, con la influencia continental de los valles del río Segre y los afluentes al paso por Lleida.
En Costers del Segre, también hay mucha diversidad de bodegas.
Otro de los valores de Costers del Segre, más de carácter social, es la cohesión que hemos logrado entre todas las bodegas. Una unión que espero que me facilite mucho la tarea como presidente. Es difícil encontrar un territorio con bodegas de tamaños tan diferentes y que todas vayan a una.
¿Cuáles serían los principales retos del sector?
Globalmente, creo que debemos lograr romper la imagen del vino como producto elitista y acercarlo a los jóvenes. Hemos ido avanzando en este tema, pero aún nos queda mucho por hacer. Las restricciones con el tema del alcohol tampoco ayudan. Pero debemos reivindicar el vino como alimento mediterráneo histórico y tradicional. No podemos olvidar la trilogía: pan, aceite y vino como eje de la dieta mediterránea. Siempre apostando por un consumo moderado y responsable.
¿Y en un ámbito más local, qué objetivo se marca en Costers del Segre?
Desde el punto de vista más local, Costers del Segre también debemos lograr ser profetas en nuestra tierra. Afortunadamente, ya es habitual ver Costers del Segre en la mayor parte de las cartas de vino de Ponent. Pero cuesta mucho encontrar referencias de un precio medio y alto. Y aún tenemos la sensación de que para destinar dinero a un buen vino debemos buscarlo en territorios de más prestigio. Un prestigio que debemos lograr tener en casa, porque la calidad la tenemos. En este viaje debemos encontrar alianzas con la restauración y la tienda especializada.
¿Qué considera que puede aportar como presidente a la denominación?
Personalmente, creo que puedo aportar una visión personal más comercial. Mi madre tenía tiendas de ropa, y este enfoque comercial creo que lo llevo en el ADN. Necesitamos una visión comercial más directa y alineada con el consumidor actual. Respecto al trabajo y procesos de la denominación, las bodegas también podemos ser más ágiles descargando de trabajo al equipo actual. Y así poder dedicarnos a hacer crecer en promoción y dar más valor a Costers del Segre y sus vinos.