La inteligencia artificial ha llegado para quedarse. La presencia de esta nueva herramienta ya es una realidad que ha modificado, poco a poco, la manera de entender algunas profesiones o, incluso, que ha provocado avances en algunos sectores. Y el sector vitivinícola tampoco se queda al margen. En un campo donde la tradición y la artesanía son grandes mentores, la inteligencia artificial comienza a colarse poco a poco. Familia Torres ha unido fuerzas con la startup tecnológica BitMetrics y han desarrollado el proyecto ‘VINIA’, el cual utiliza la inteligencia artificial (IA) y diversos sensores de imagen para determinar y verificar la calidad del vino durante el proceso de embotellado.
Tal como ha informado la consejería de Empresa y Trabajo este domingo a través de un comunicado, el proyecto, que nace de la confluencia entre las dos empresas, permite identificar partículas extrañas o sospechosas en el vino durante el proceso de embotellado. De esta manera, pues, los productores pueden determinar si una botella está contaminada antes de que se ponga a la venta en el mercado. El uso de la inteligencia artificial, según argumenta el ejecutivo catalán, ofrece una solución rápida y eficaz para la verificación de calidad en los entornos en los que hay muy poca luz. La CEO de BitMetrics, Mar Masulli, detalla que la propuesta que han impulsado se puede aplicar a diferentes tipos de vino y botellas y que, además, también permite retirar la unidad afectada «sin afectar al conjunto de la producción», así como reutilizar la botella.

Una buena implementación
De entrada, la incorporación de la inteligencia artificial ha tenido una buena acogida en la compañía del sector vitivinícola que ha comenzado a implementarla. Por su parte, el jefe de elaboración de Familia Torres, Jordi Queralt, ha valorado que la adaptabilidad del proyecto en su línea de embotellado se puede integrar de manera «rápida y sin interrupciones» en su operativa diaria. Este nuevo programa que incorpora la inteligencia artificial en el proceso de elaboración del vino se está llevando a cabo en estos momentos con una prueba piloto en la bodega Torres de Pacs del Penedès, y cuenta también con un apoyo de 29.000 euros de las ayudas a proyectos de innovación abierta y disruptiva de la agencia para la competitividad de la consejería de Empresa.