Òscar Ordeig (Vic, 1978), el hasta ahora el portavoz del PSC a la comisión de Agricultura en el Parlamento de Cataluña, será el nuevo consejero de Agricultura, Ganadería y Pesca del gobierno que presidirá el socialista Salvador Illa. Voz crítica con la anterior gestión del consejero saliente David Mascort, el primero que ha hecho ha sido recuperar el nombre de la consellería de Agricultura, apartando de esta cartera la política de Acción Climática que incorporó hace dos legislaturas la anterior consellera Teresa Jordà.
Un cambio «simbólico»
Ordeig empieza una legislatura con unos cuantos retos al frente del sector primario, que ha vivido recientemente algunas de las movilizaciones más masivas para pedir mejoras para la viabilidad y continuidad de sus activos. Lo que primero que hace el nuevo ejecutivo de Salvador Isla es recuperar el nombre de este Departamento que se cambió hace dos mandatos, apuntando al hecho que este cambio «simbólico» era importante por no dejar «descuidada» la agricultura de la gestión del Gobierno. De hecho, según apunta la agencia ACN, esta fue una de las principales reclamaciones que se hizo desde Revolta Pagesa al Gobierno tras las reiteradas movilizaciones que hicieron en primavera.
Ordeig se ha manifestado a favor «de escuchar más, gestionar mejor y hacer pasos en la mejora de la simplificación administrativa, es decir, reducir la burocracia a la cual se ve sometida el sector para salir adelante las explotaciones». Según recoge la agencia, es «necesario menos papel y que se pongan facilidades a los agricultores», pasando por una reforma del funcionamiento de las oficinas de agricultura. El PSC defiende la recuperación del servicio de extensión agraria, que significa ofrecer un acompañamiento al agricultor.
En otros ámbitos relacionados con la agricultora, como puede ser el tema del regadío, Ordeig ha lamentado que «Cataluña se encuentre a la cola del Estado en modernización», y por eso considera que la gran apuesta de esta legislatura que ahora arranca tiene que ser la modernización. Para el nuevo consejero no solo hay que hacer un salto adelante en materia de agua, sino también en la mejora de infraestructuras básicas y tecnológicas que tienen que ser presentes a las explotaciones para poder sobrevivir en un mundo cada vez más competitivo.