La vendimia 2023 también ha empezado en territorio ampurdanés. Así lo ha compartido este miércoles 30 de agosto la denominación de origen Ampurdán en el marco de una rueda de prensa en la cual se han hecho las primeras valoraciones de una campaña que se espera «compleja«, en palabras de la entidad.
El estreno, que se ha hecho en fechas habituales de mediados de agosto, ha sido con las variedades tempranas como el moscatel de grano pequeño y alguna variedad blanca y negra. El grosor de la producción, que se corresponde con las garnachas y cariñenas, se vendimiará durante el mes de septiembre, y se prevé que la campaña acabe en octubre.

Las lluvias de junio han evitado «estrés hídrico extremo» a la planta
Los viticultores ampurdaneses afrontan una vendimia «compleja«, apuntan desde la DO, a causa de la sequía y de la acción de jabalíes y corzos que harán disminuir la producción de este año. Como contrapartida, el fruto «está muy sano«, puesto que la campaña se ha caracterizado por la carencia de problemas sanitarios. Las bodegas prevén cosechar «una uva de mucha calidad en la línea de las últimas campañas», añadirán.
La carencia de lluvias ha sido una constante tanto en invierno como la primavera, pero esta situación se ha visto agraviada «todavía más» durante el verano, con uno de los niveles de precipitaciones más bajos que se recuerda en la zona. Solo las lluvias registradas durante el mes de junio han evitado que las plantas sufran un «estrés hídrico extremo» que habría comprometido la cosecha de este año. Las cepas vienen cargadas de racimos, pero las pocas lluvias registradas han menguado su crecimiento y el grano es más pequeño del habitual.

Los corzos y jabalíes, una plaga
Otro de los motivos que menguarán la cosecha de este año es la preocupante acción de jabalíes y corzos que, según comparte la DO, se están convirtiendo en una plaga para el vinyar ampurdanés. Una problemática que, explican, se ha visto agraviada en los últimos años precisamente por la sequía que ha provocado que estos animales busquen en las cepas y otros cultivos el agua y la comida que no encuentran en las montañas. El Consejo Regulador de la DO Empordà ha aprovechado para reclamar medidas a las administraciones para prevenir ante esta situación que se repite cada año.
Ahora mismo, entienden que será «difícil calcular qué será la cosecha final» de esta campaña, puesto que dependerá de las condiciones meteorológicas de las próximas semanas que marcarán la evolución de la maduración de la uva y determinarán el volumen final de la vendimia 2023 en el Ampurdán. Las previsiones iniciales del Consejo Regulador apuntan que la producción podría ser un 20% inferior a la media de la DO, que es de unos 60.000 hectolitros. Esta disminución es muy heterogénea, con fincas que producirán alrededor de la media y otros que están muy por debajo de su producción habitual.
Eliminar parte de la uva o avanzar la vendimia, medidas para «salvar» la cosecha
Ante las dificultades de esta campaña, los bodegueros han aplicado varias medidas con el objetivo de garantizar la mejor producción posible. Una de las más extendidas, explican, es la eliminación de una parte de los racimos de las cepas para garantizar que los grandes que se dejan a la planta maduren en mejores condiciones y tengan una mejor calidad. En algunos casos, los viticultores también han decidido avanzar la vendimia para evitar que jabalíes y corzos se coman la cosecha.