El brindis se ha convertido en todo un acto de celebración. Desde hace años, cuando ha sido símbolo de amistad, amor y ganas de compartir. No hay comida, fiesta o evento que no exija un brindis al final y se ha hecho tan importante que incluso en actos políticos e institucionales continúan manteniendo la tradición de alzar la copa y celebrar lo que se está bebiendo. Si bien es cierto que el brindis parece una acción de disfrute y aprecio, su invención no está ligada a ningún aspecto positivo. Chocar las copas antes de beber vino o cualquier bebida alcohólica no es más que la evolución de una tradición que hace miles de años se utilizaba para evitar envenenarse.
Según explica un artículo de la bodega Góngora, la palabra brindis se remonta al siglo XVI en Alemania. El significado de esta es “te lo ofrezco” o “te lo dedico”. Originalmente, este término se usaba cuando alguien ofrecía un regalo a otra persona como muestra de aprecio hacia la persona que te entregaba el obsequio. Ahora bien, el origen de esta acción es incierto. Muchos textos de la antigua Grecia y Roma aseguran que ya había celebraciones donde las copas se unían en el centro de la mesa. En algunos textos se habla de acto de conmemoración y eventos felices y otros lo relacionan con actos de ofrendas a los dioses. Sin embargo, hay una teoría que comparten tanto los romanos como los griegos. En varios documentos antiguos se asegura que el brindis era una muy buena manera de prevenir ser envenenado.
En la época de los griegos y los romanos el veneno era una causa muy común de muerte. De hecho, buena parte de los asesinatos de la época se llevaban a cabo gracias a la poca precaución en la ingesta de alimentos y bebidas. En este sentido, era bastante sencillo colar unas gotas de veneno en un vaso que acabaría bebiendo alguna persona importante. El brindis se convirtió en el antídoto a estos intentos de asesinato, ya que al chocar las copas se intentaba que derramaran, intercambiando el vino que había en cada vaso y haciendo imposible solo envenenar a una persona. Aunque no hay nada que sostenga esta teoría, en algunos escritos de la época de los romanos se menciona esta acción en actos de celebración como un impedimento para el envenenamiento.

Cinco trucos para brindar bien
Aunque la historia demuestre que el brindis ocultaba intenciones secretas, la realidad es que se ha convertido en un acto famoso en todo el mundo. En la actualidad, chocar las copas es un acto transversal en las diferentes culturas del planeta y como tal hay algunas normas universales para brindar de la mejor manera. En Vadevi hacemos una recopilación de cinco:
- Mira a los ojos, siempre: Siempre se ha dicho que no mirar a los ojos de la persona con la que estás brindando trae mala suerte. De hecho, en muchos países (como Francia o Alemania) es casi obligatorio mirar a los ojos.
- No hacer sonar las copas demasiado fuerte: Aunque el brindis siempre es motivo de celebración y entusiasmo, el choque entre las copas debe ser suave y hacerse con elegancia. Incluso se pueden alzar las copas sin llegar a topar unas con otras para evitar roturas.
- Alzar la copa, no el brazo: En el momento de brindar se debe elevar la copa hasta la altura de los ojos, sin mover el brazo exageradamente.
- Orden de la ronda: Tradicionalmente, si hay un homenajeado (boda, cumpleaños, celebración), él o ella es quien levanta primero la copa. Los demás lo siguen.
- Un sorbo, no todo de golpe: Brindar no es una excusa para acabar una copa de un solo sorbo. De esta manera, para hacer un buen brindis solo hace falta beber un sorbo pequeño acompañado de unas palabras.



