Se acerca la Castañada. Con calabazas y sustos o sin ellos, quien más quien menos aprovecha la fecha para cenar con la familia o los amigos y reunir a un buen número de personas alrededor de la mesa. Una de las cosas buenas del vino y la gastronomía es que mejoran cuando se disfrutan en compañía. ¿Montas la fiesta en casa? ¿Harás un picoteo y un plato principal, antes de los panellets, los boniatos y las castañas? Te proponemos que acompañes la comida con vinos de Alella. Recuerda que el producto de proximidad está de moda (más allá de la moda, es una cuestión de sostenibilidad y de sentido común). Así las cosas, solo con que vivas en el área metropolitana de Barcelona… ¡los vinos más cercanos a ti son los del territorio DO Alella! ¿Vamos?
Flor de Coralí (Vallalta Vinícola)
Tan pronto como los invitados entren por la puerta, ponles en la mano una copa de este juguete de Vallalta Vinícola. Fácil, fresquito, goloso. Las burbujas siempre acompañan bien. Aprovecha la ocasión para explicar la diferencia entre un espumoso ancestral y uno tradicional con esta bodega, la última en ponerse en marcha en este territorio.

Titiana de Can Matons Rosat (Can Matons)
Este espumoso DO Alella es ideal para abrir la comida. De hecho, es un vino súper gastronómico que acompañaría cualquier cosa que comáis, pero por aquello de continuar con las burbujas (en este caso, de método tradicional) y porque es un larga crianza (veréis que el tiempo en botella ha hecho que la pinot noir haya perdido casi todo el color), os fascinará por su longitud, amplitud y toda una colección de matices.

Sauló (Can Roda)
El blanco top de la casa. Una pansa blanca pasada por barrica y dejada reposar durante un buen tiempo en botella para dar lugar a un blanco complejo que expresa el territorio y que puede hacer buena pareja con todo tipo de comidas. Si el plato principal es un pescado o una carne no muy contundente, el Sauló seducirá a todos los asistentes a la cena.

Xirà (Testuan)
¿Habéis elegido una carne potente, un guiso, un estofado o a la brasa? La elección correcta será el Testuan Xirà. Un shiraz sin paso por barrica que puede maridar con casi cualquier cosa con su fruta e intensidad. Y está garantizado que todos los comensales preguntarán en qué tienda lo pueden encontrar.

Pur Dolç (Bouquet d’Alella)
Alella tiene tradición centenaria de vinos dulces. El Pur Dolç es un dulce elaborado con garnacha blanca que proviene de una solera iniciada en 2013 y que promete dar muchas alegrías a los amantes de este tipo de vinos. Será una maravilla para acompañar cualquier tipo de panellets. ¡Incluso para los boniatos, irá bien!

1981 Ismael Manaut (Art Laietà)
Si no os habéis acabado el vino dulce (cosa extraña), podéis intentar acompañar las castañas con esta referencia. Pero cuando se acabe, aseguraos de tener un 1981, el rancio de Alta Alella (ahora Art Laietà) hecho con pansa blanca y que quiere homenajear al hombre que fundó la bodega Marquès d’Alella en 1981. Es un buen maridaje para las castañas, pero sobre todo es el maridaje perfecto para la conversación, las risas postcomida y la sobremesa. ¡Si tienes dos botellas, caerán ambas!


