El pasado miércoles 29 de octubre, el Monasterio de Sant Benet de Bages acogió la celebración de los 30 años de la Denominación de Origen Pla de Bages, en un acto lleno de emoción, reconocimientos y orgullo por el territorio. Un escenario emblemático para conmemorar tres décadas de trabajo colectivo que han consolidado el Bages como una de las DO más singulares y arraigadas del país.
La celebración, conducida con sensibilidad y calidez por la meteoróloga Gemma Puig, comenzó en la bodega del monasterio, donde el presidente de la DO, Carles Playà, dio la bienvenida a los asistentes y destacó la importancia de este aniversario como un hito colectivo: “El Pla de Bages es mucho más que una denominación de origen. Es la suma de unas viñas, de unas familias, de un paisaje y de una manera de entender la tierra. Hoy celebramos treinta años de constancia, de trabajo y de orgullo compartido”, afirmó. Carles Playà también subrayó el valor de la recuperación de variedades autóctonas como la picapoll o la mandó, que se han convertido en símbolos de identidad y diferenciación para los vinos de la zona.
Vino, música y emoción en la bodega del monasterio
Después de la bienvenida institucional, los asistentes vivieron una experiencia sensorial especial: VIVIVI, una propuesta que combina vino, violín y violonchelo para expresar, a través de la música, las emociones que transmite cada copa. La actividad, dirigida por la sommelier y propietaria de la empresa La Gastronòmica, Clara Antunez, convirtió la cata en un diálogo entre melodía y territorio. Los sonidos del violín y el violonchelo llenaron la bodega con una atmósfera íntima y pausada, que invitaba a escuchar, oler y degustar de una manera más profunda. Una experiencia poética e inspiradora que puso en valor la sensibilidad que hay detrás de cada vino del Bages.
A continuación, se realizó un reconocimiento a los antiguos secretarios y presidentes de la DO Pla de Bages, que han contribuido a construir su trayectoria durante estas tres décadas. La actual secretaria, Eva Farré, dedicó unas palabras llenas de emoción para destacar el trabajo a menudo invisible, pero esencial que hacen las personas que han pasado por la estructura de la denominación: “Cada paso adelante, cada proyecto y cada vino que hoy representa el Bages es fruto de un trabajo constante y discreto. Gracias a todos los que habéis hecho posible que la DO sea hoy una referencia de calidad y autenticidad”, expresó, en medio de un cálido aplauso.
Tras esta primera parte, el acto se trasladó al espacio La Fàbrica del Mon Sant Benet, donde se ofreció un aperitivo de pie elaborado por el equipo gastronómico del recinto, acompañado de una barra de vinos de todas las bodegas de la DO Pla de Bages. Fue un momento de encuentro e intercambio entre elaboradores, instituciones y amigos del vino, que pudieron brindar juntos por tres décadas de trabajo compartido.

Entre copa y copa, llegaron los discursos institucionales, que contaron con la presencia de diversas autoridades. Intervinieron Joan Carles Batanés, alcalde de Sant Fruitós de Bages; Marc Aloy, alcalde de Manresa; Eloi Hernàndez, presidente del Consell Comarcal del Bages; y Carles Playà, presidente de la DO Pla de Bages. Todos coincidieron en destacar el papel clave que juega la denominación como motor económico, cultural e identitario del territorio. Reivindicaron la labor de los viticultores, la preservación del paisaje y la capacidad del Bages para generar sinergias entre el mundo rural, la gastronomía y el turismo sostenible.
El momento más destacado de la noche llegó con la intervención del presidente del Parlamento de Cataluña, el Sr. Josep Rull, que quiso acompañar al sector en este aniversario tan especial. En su discurso, Rull felicitó a la DO por su trayectoria y subrayó el valor del vino como expresión de país.
La velada continuó con una cena servida en mesa, también a cargo del Mon Sant Benet, que incluyó dos platos maridados con vinos de la DO. El ambiente fue distendido y festivo, con brindis, sonrisas y la sensación compartida de que el Bages vive un momento de madurez y proyección. Gemma Puig, que condujo el acto con elegancia y cercanía, cerró la noche recordando la conexión entre el tiempo, la viña y la identidad: “El vino es una manera de leer el paso del tiempo. Cada añada es diferente, como cada etapa de una vida, pero todas explican de dónde venimos y hacia dónde vamos”.

Treinta años de una historia que va mucho más allá
La conmemoración de los 30 años de la DO Pla de Bages no fue solo una celebración institucional. Fue una declaración de amor al territorio, al trabajo bien hecho y a la continuidad de un proyecto compartido por viticultores, elaboradores, instituciones y amantes del vino. Tres décadas después de su creación, el Pla de Bages continúa consolidándose como una denominación de origen con identidad propia, comprometida con la sostenibilidad, la calidad y el patrimonio. Y lo hace desde el corazón de Cataluña, fiel a sus raíces y con la mirada puesta en el futuro.
Como resumió Carles Playà en uno de los momentos más emotivos de la noche: “El Bages ha demostrado que con constancia y amor por la tierra se pueden hacer grandes cosas. Si hemos llegado hasta aquí, es gracias a todos los que habéis creído en este sueño colectivo”. Y con un último brindis, entre copas de picapoll y conversaciones sinceras, el Bages celebró no solo treinta años de DO, sino siglos de viña, de esfuerzo y de vida.

