Hace años que el vino va acompañado de cierta aura elitista. El consumo de este elaborado tan arraigado a la cultura ha caído a escala mundial y los catalanes no son una excepción. En parte por la complicación que rodea el lenguaje de este elaborado y por la desconexión de los jóvenes con los vinos, el sector vitivinícola pasa por un momento complicado en el ámbito de consumo. Romper con estas barreras no es una tarea de un solo día, pero cada vez más bodegas, divulgadores y sumilleres se suman a la causa de la democratización del vino. También la población parece más abierta a disfrutar del vino más allá de beberlo. Tastear sin complejos. Guía para disfrutar del vino es el intento de acercar el elaborado a los catalanes que un día se desentendieron de él; un libro que se aleja de rigideces y dificultades. Sin renunciar a las palabras grandes y los tecnicismos, busca llegar al público general con un tono divulgativo y fácil. «Este libro es un manual de consulta; no es un libro para sumilleres, es un libro para todos», asegura Ramon Roset, autor, sumiller y director de los Premios Vinari.
La obra de Roset es el trigésimo libreto de la Colección Envinats, de la editorial ViBop. Desde la librería La Impossible, Montserrat Serra, editora del libro, y el mismo autor han asegurado que este escrito ha sido complicado de elaborar. «Me preocupaba mucho el tono», ha dicho Roset. De esta manera, el sumiller reconoce que tomó un antiguo manual de cómo catar editado por el INCAVI en los años 80 y comprendió que se tenía que hacer algo más dinámico, «sin tanta ciencia», explica Roset. Así pues, Tastear sin complejos es un libro ligero, de unas 80 páginas que en cinco capítulos da todas las herramientas necesarias para que alguien que se introduzca en el mundo del vino pueda disfrutar más allá de la ingesta. Según el mismo autor, este libro «no quiere enseñar a catar». En este sentido, Roset sentencia que «no es la invención del método de cata Roset» y, por tanto, es solo una recopilación de elementos, palabras y expresiones que los profesionales utilizan, pero la gente de a pie no entiende.

La importancia del lenguaje de la cata
Si bien es cierto que el libro busca evitar toda dificultad, la realidad es que el lenguaje de las catas es técnico. Salinidad, efervescencia, acidez e infinidad de otras palabras llenan la boca de los sumilleres y divulgadores, aunque pocas veces se hacen entender. Es por eso que Roset confirma que no ha dejado de lado «las palabrotas», es decir, los tecnicismos que un día convirtieron el vino en un elaborado para élites. El director de los Premios Vinari no quiere renunciar a la técnica, pero sí busca acercarla a la gente. Por este motivo en el libro concreta el significado de todas estas palabras grandes e intenta hacerle entender al lector que hay un porqué detrás de tanto tecnicismo: «No me puedo deshacer de estas palabras, pero sí explicar por qué se utilizan», remarca Roset.
