Desde las primeras civilizaciones, el vino no lo podemos separar de la civilidad, forma parte de la vida, de los rituales y de las fiestas de todos los pueblos que cultivan viña y hacen vino, y es además inseparable de la literatura, ya que son muchos los autores de todos siglos y de todos los géneros literarios que se han interesado por esta bebida. Lo encontramos desde la aparición de la escritura: en Sumeria, en la Epopeya de Gilgamesch, aparecen las viñas, el vino y las tascas; los asirios han dejado escrito que el mundo es imperfecto porque los dioses cuando lo crearon habían bebido demasiado vino mezclado con sésamo.
Los héroes griegos de la Ilíada y de la Odisea de Homero beben vino; Platón en su obra La República, nos explica cómo es una sociedad ideal y concibe la idea del que comerán panes, olivas, quesos, cebollas y otros productos de la tierra, como las habas, pasteles servidos sobre hojas y beberán vino.
En el mundo romano, la cultura del vino toma impulso, hablan poetas como Horacio (65-8aC) a las Odas y Epodes, van saliedo vinos, beben Falern, uno de los vinos más valorados de la época, un Sabina que ha mejorado con el paso del tiempo, un vino de Alba, uno de Lesbos o uno de Quios. En esta época hay tratados técnicos sobre el vino y la viña como lo De agricultura Catón (234-149 a. C.), que dedica un capítulo a como se prepara de vendimia, otro a sobre como se debe cuidar la viña y uno dedicado a la elaboración del vino griego.
Plini el Viejo en su magna Historia Natural, del siglo I, dedica el libro XIV al vino, ha dejado escrito los colores del vino, el vino preferido de Cèsar o sobrevalora los vinos de aquí (…), los vinos de lacetana son de renombre por su abundancia, los de Tarraconensia por su calidad; los de Balearica son comparables con los mejores crudos Italianos (Libro XIV. 17).
El vino ha estado presente a la literatura desde tiempos inmemoriales | Pixabay
El vino tiene 400 referencias a la Biblia
En la Biblia el vino sale referenciado hasta 400 veces, es la primera planta cultivada después del diluvio. En el Corán los hombres que juegan y beben, no son dignos, pero el vino es la bebida del paraíso.
En época visigoda la viña y el vino lo encontramos en obras como Las Etimologías de Isidoro de Sevilla, muy influenciado por los tratados romanos. Es también en las reglas de San Benedicto (…) al menos convengamos a no beber hasta la saciedad, sino con moderación, porque el vino hace claudicar incluso los sabios.
En el siglo XIV, Francesc de Eiximenis escolástico y escritor en su obra inacabada Lo Crestià, describe las pautas de comportamiento por todo buen cristiano, comenta que el vino, a pesar de que según los médicos es muy nutritivo, conforta y dilata las venas, se tiene que tomar con moderación porque hace perder la memoria, hace decir más cosas de cuenta y disturba el ánimo. Arnau de Vilanova (1238/40?-1311) médico, profesor y escritor medieval en el suyo De Vinis, ha dejado muchas fórmulas de vinos curativos y sanadores mezclados con hierbas.
Rabelais en el siglo XVI considera el vino la expresión más civilizada del mundo, nos dice que el zumo de la viña aclara la mente y el entendimiento, calma la ira, aleja la tristeza y da alegría.
Del Romanticismo al Realismo
Al XIX, del Romanticismo al Realismo, son muchos los autores han hecho poesías al vino, mi preferida de Baudelaire a Las Flores del Mal (1857) usa el vino como potenciador de la vida, un llamamiento a viajar, escapar, alejarse, para huir de la monotonía –(…) Por no sentir el horrible y pesada carga del tiempo que te dobla los hombros y te inclina él hacia tierra, tienes que estar constantemente borracho. Pero de qué? De vino, de poesía o de virtud, como quieras. Pero emborrachado-. Émile Zola tiene una visión más negativa, del vino: a L‘Assommoir denuncia la debilidad de los hombres ante el alcohol y considera el vino nocivo por la sociedad; en cambio, Victor Hugo (1802-1885) nos dice Dios solo hizo el agua, el hombre hizo el vino y suyo es el poema Le Vrai dans le vin/La verdad dentro del vino.
La Botella 18 es el proyecto editorial más reciente de Ferran Centelles | F.C.
En la actualidad el vino continúa siendo omnipresente a la literatura, para citar tres autores de aquí, por admiración y estimación, La botella18 de Ferran Centelles (2021) y toda su obra vinícola; uno de los últimos, Un pianista en una bodega de Muriel Villanueva (2023) y toda la obra de Empar Moliner, el vino forma parte de su trayectoria vital.
Nuria Bàguena es profesora y asesora de patrimonio culinario.