El presidente de la Generalitat sería Joan Asens, reputado enólogo, que elabora sus vinos en Montsant, desde la bodega Orto Vins, y que está detrás de otros muchos productos, puesto que también hace de enólogo consultor alrededor del país. Y con él, si la lista fuera suficiente votada, se iría configurando el pleno del Parlamento con un amplio abanico de personalidades del sector, como Delfí Sanahuja (Perelada), Raül Bobet (Castell d’Encús), o incluso los cantantes Joan Manel Serrat, Lluís Llach o David Carabén (Mishima) que en algún momento de su trayectoria han sido (o siguen) vinculados a proyectos de vino, como fueron, en este orden, Perinet, Vall Llach o Vins de Mas Sersal, respectivamente.

De hecho, la papeleta es bastante larga, e incluso incluye suplentes. Aparte de los enólogos, menciona algunos de los sumilleres del panorama actual (César Cànovas, Ferran Vila, David Seijas o Rosa Vila), propietarios de bodegas arraigadas en varios puntos del territorio, como Josep Maria Albet y Noya, de Albet y Noya, Albert Jané Ventura (bodega homónima y autor del mejor vino catalán de 2023), Ton Mata (Recaredo), Sara Pérez (Venus La Universal) Josep Serra (La Vinyeta), Ruben Parera (Finca Parera) o Bonfill Arché Pagès (de la bodega homónima). Hay también distribuidores, como Quim Vila (Vila Viniteca) o Jordi Grau (Vins i Licors Grau) y periodistas especializados como Ramon Francàs.
Voz y voto para cambiar la realidad del vino
Cuanto más apoyo recibiera una lista con estos perfiles profesionales, se podría dar voz y quizás incluso cambiar una realidad difícil a la cual se enfrenta, hoy en día, el sector vitivinícola catalán: falta de agua y una sequía continuada que está matando de sed algunas cepas, precios bajos a los cuales se paga el precio de la uva…
Pero la verdad es la lista no es real, es una candidatura inventada por un sumiller, Xavier Bassa, que ha querido hacer política ficción dando vida a un