El estudio
Entre los parámetros de estudio, que ahora recogemos a partir de la descripción compartida por sus responsables, se ha valorado porcentajes de experiencias fijas y esporádicas, perfiles de visitantes, facilidad para las reservas, políticas de cancelaciones o temas vinculados con la formación y contratación de los profesionales del enoturismo.
Experiencias de enoturismo al por menor
Un 69% de las bodegas visitables tienen experiencias detalladas, mientras que un 31% solo indica que están abiertos a visitas, sin dar más detalle.
A lo largo del 2023 se han contado con que un 65% de las experiencias son fijas (se ofrecen a lo largo del año) y un 35% son esporádicas (como la visita especial de vendimia, un concierto, o un mercado de Navidad). En total, se han analizado 582 experiencias puntuales y, según los responsables, «todo apunta que irán al alza». Las bodegas más maduras en enoturismo las necesitan para seguir fidelizando a sus clientes, que vuelven atraídos por nuevas visitas. Otra conclusión en este ámbito, «la visita básica no es suficiente para seguir haciendo marca».
10 tipos de visitas
Del 69% de bodegas que detallan cómo son las experiencias, se ha estudiado el detalle de que incluye la visita, cuánto vale, cuánto de tiempo dura o cuales son los días y horas que se ofrecen al público. Y en este sentido, apuntan, una de las principales conclusiones es que falta información. WTO también ha descrito debe tipo de visitas (cata, maridaje, gastronomía, experto, natura, aventura, cultura, deporte, familia y dormir) para analizar las más vistas.

Experiencias enogastronómicas
El análisis de las más de 1600 experiencias de enoturismo muestra que un 42% de las actividades son con cata de vinos y gastronomía. Un 26% son visitas con maridaje (queso, jamón o productos de proximidad), y un 16% con enogastronomía, que incluyen el equivalente en una comida cumplida con la visita.
Son datos que consideran «interesantes» en un año vista que Cataluña se convierta en Región Mundial de la Gastronomía. Un 12% de bodegas que ofrece enoturismo tiene bar de vinos propio; un 10% alojamiento; y un 9% restaurante. En cambio, solo un 1% de la oferta incluye visita en la bodega y pernoctación, siente uno de los retos principales alargar la estancia de los enoturistas en cada territorio vinícola.
Facilidad para las reservas
Otra de las conclusiones, dirán, es que lo proceso de compra de experiencias «es mejorable». Teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de actividades se tienen que reservar previamente, un 62% de bodegas solo permite hacerlo a través de correo electrónico, o de teléfono. El 38% restante tiene un formulario en línea, que a menudo también equivale a un correo.
Es decir, que 6 de cada 10 bodegas piden hacer reserva previa y tienen que validar posteriormente la visita. Un 23% de bodegas permite hacer la reserva con un calendario que ofrece día y hora cerrado. Otra contradicción es que a pesar de que el 51% tienen tienda en línea para servir botellas de vino, solo el 12% vende enoturismo en este espacio.
Pago y política de cancelación
La experiencia de compra en general, señalan, «también tiene mucho margen de mejora«. WTO ha contado con que un 76% de bodegas cobran la visita al final. El 24% pide un pago por avanzado. De estos, solo un 20% tiene política de cancelación especificada.
En la actualidad, un 4% de bodegas pide reserva previa, pago por avanzado, confirmación posterior, y no ofrecen política de cancelación.
Necesidades formativas
Un 80% de bodegas encuestadas reconoce que a lo largo de 2024 tendrá necesidades formativas por los trabajadores de enoturismo. Los responsables de este departamento dicen que gestión y administración (50%), contactos con turoperadores (44%), comunicación (27%), guiaje de grupos (27%), organización de acontecimientos (19%) e idiomas (19%) son los apartados más necesarios.
Contratación laboral
Un 67% cree que tendrá necesidad de contactar personal el 2024. Entre los perfiles más buscados destaca el guía de turismo, seguido del sumiller, técnico de turismo, comunicación y administración.
El perfil de los profesionales del enoturismo es cada vez más polivalente. Un 55% de las empresas tienen menos de 10 trabajadores, y un 39% menos de 50. Un 94% de los trabajadores de enoturismo tienen que hacer trabajos que, en una empresa mediana o grande podrían desarrollar 8 perfiles diferentes.
Un sector sin sector
«El enoturismo sigue siendo un sector difícil de definir«, concluyen. El 75% de los trabajadores de enoturismo están dados de alta en el convenio de elaboración de vinos. De cada 10 empleados de una bodega solo 1 se dedica a la enoturismo.