La sequía es un problema que han vivido de cerca los viticultores de Cataluña. Quien más, quien menos, ha tenido que intentar buscar soluciones a la falta de agua, y la innovación ha sido la clave para lograrlo. La bodega Llopart se ha ganado un lugar en el podio catalán de la innovación por su técnica l’empapat, que permite retener agua gracias a unos fosos que se dibujan entre viñedos a través del arado. Esta idea, pionera en el país, no solo se ha convertido en la herramienta esencial para combatir la sequía en esta bodega, sino que marca un antes y un después en el cultivo de las viñas.
La familia Llopart afrontó la sequía como prácticamente todas las bodegas de Cataluña: con valentía. Ahora bien, ante la necesidad de pasar a la acción y no quedarse de brazos cruzados ante la nueva normalidad, Pere Llopart, viticultor y miembro de la quinta generación de la familia, comenzó su búsqueda de maneras de ahorrar agua. Fue en esta investigación donde se topó con la técnica de l’empapat que ya se había extendido en otras regiones más áridas como Jerez -donde le llaman aserpiado– y había demostrado ser una iniciativa muy exitosa.
Este nuevo método funciona para viñas existentes y nuevas plantaciones, y según sus inventores, se aplica únicamente modificando una máquina cavadora. Se trata de una técnica similar a la línea clave (o sistema keyline) con la ventaja de que no es necesario rediseñar la viña. Con ayuda de un soldador, la familia Llopart ha adaptado las palas de una antigua máquina de arar para que acumule la tierra en cuatro paredes alrededor de un hoyo. Mientras pasa por el campo, genera estos agujeros de un metro y medio de diámetro donde se puede depositar el agua. Además, también se evita la pérdida de nutrientes por erosión, se ralentiza la tendencia hacia la desertificación del Mediterráneo y, incluso, permite mantener cubiertas vegetales en hileras alternas.

Una técnica pública
El cambio climático ha hecho sufrir a los cultivos catalanes y se ha convertido en un problema general para todos los agricultores. De esta manera, iniciativas como la de la familia Llopart son el salvavidas del sector. Es por ello que, aunque la innovadora técnica se ha cocido dentro de la bodega, no se mantiene en secreto. De hecho, la misma familia ha asegurado que quiere poner al alcance de toda la agricultura este nuevo método y remarcan que si en algún momento los viticultores necesitan ayuda para implementarla, no deben dudar en pedirla.