La Malvasia es mucho más que una variedad de uva en Sitges. De hecho, para muchos es la variedad más arraigada e identitaria de la villa costera del Garraf. La historia de estos viñedos se remonta 700 años atrás, cuando se descubrió por primera vez esta clase de uva en el municipio. En aquel momento, coincidía con la apertura del Hospital de Sitges, conocido por su larga trayectoria ayudando a los más pobres. Ambas historias completamente diferentes, pero con una relación en común: la vinculación de la gente con el sentimiento de pueblo. Es por eso que, 700 años después, los jardines de la fundación aún guardan algunos recuerdos de Malvasia y son el hogar del Centro de Interpretación de la Malvasia (CIM), el espacio de enoturismo y difusión del valor cultural y patrimonial de viñedos y vinos de Malvasia, que difunde la labor de viticultores y elaboradores del Macizo del Garraf y de toda Cataluña.
Esta conexión es el clamor de la Semana de la Malvasia 2024, que se celebra del 29 de octubre al 16 de noviembre, con catas, maridajes y ferias en el CIM. Desde la organización del evento anuncian que este año se debe reivindicar las raíces y la hospitalidad de Sitges y, por tanto, los caminos paralelos del hospital y la variedad de uva: «Este arraigo histórico ha sido clave para el renacimiento de esta variedad tradicional» reflexiona la coordinadora del CIM, Alba Gràcia. El hub, liderado por la única bodega de la villa, el Celler de l’Hospital de Sitges, se inauguró en el año 2019 para impulsar esta variedad de uva y la Semana de la Malvasia se suma a esta conmemoración con una serie de actos culturales y gastronómicos para dar valor a la Malvasia del municipio, la cual es considerada por los expertos como «mucho más que un vino dulce».
Entre las actividades que se pueden encontrar alrededor de la Malvasia en esta nueva edición de la SDM hay algunas iniciativas nuevas. La Feria Popular y la Feria Profesional son las dos grandes actividades de una edición que, a juicio de Gràcia, “consolida los actos centrales”, y que incluye novedades como la lectura teatralizada del sainete “La Malvasia de Sitges”, comedia en verso, escrita en el s.XIX por Francesc de Sales Vidal. Como cada año, además, se designa un embajador, es decir, una persona ligada a la historia de esta variedad que representa la feria. Este año, la elegida es Anna Baqués, bisnieta y nieta de los dos ingenieros agrónomos que mantuvieron, preservaron y atesoraron el conocimiento de la Malvasia de Sitges. La organización asegura que la trayectoria de Baqués siempre ha estado relacionada con la Malvasia. Desde joven siguió los pasos de su abuelo en el Celler de l’Hospital, y orientó su vida a la enología. Durante el tiempo que pasó en la bodega creó uno de los vinos más emblemáticos, el Blanc Subur, además de dejar una enorme huella en la historia de esta variedad.

De blancos a espumosos, la historia de la Malvasia
La Malvasia es una variedad de uva que se utiliza para hacer vinos dulces y aromáticos; sin embargo, desde la SDM de Sitges buscan reivindicar que tiene muchos más usos que pasan desapercibidos. En este caso, la organización argumenta que de esta uva se elaboran vinos secos y dulces; jóvenes y con crianza; tranquilos y espumosos. «¡Incluso vinos envejecidos bajo el mar en el puerto de Aiguadolç de Sitges!», remarcan en su comunicado.
La llegada de las primeras cepas de Malvasia a Sitges, según apuntan los historiadores, coincide con la fundación del Hospital. En concreto, el primer documento que la sitúa en la villa costera del Garraf es un pergamino de 1480 encontrado por el medievalista sitgetano Jacint Sastre. Según cuenta la leyenda, fue el almogávar, Jofre de les Escales, quien herido en batalla en Grecia terminó en un santuario de la península de Monembasia, en la costa del Egeo. Los monjes lo curaron con una copa de malvasia, a la que él atribuyó propiedades curativas. Con la llegada del comercio marítimo, esta variedad se extendió por las mesas y banquetes de palacios de todo el mundo. Lamentablemente, en el siglo XIX, debido a las plagas, las dificultades de cultivarla, la llegada del champán – primero francés, y luego el cava catalán – y el auge del turismo hicieron que la Malvasia de Sitges poco a poco se fuera extinguiendo. Aun así, gracias al Hospital y su labor de conservación, esta variedad sobrevivió hasta la actualidad, donde gracias al CIM se ha recuperado el uso de manera generalizada.

Una variedad con un gran legado
La Malvasia de Sitges y el Hospital han vivido caminos paralelos. El Hospital de Sitges lo fundó el caballero Bernat de Fonollar en 1324 y se convirtió en una institución que cuidaba de pobres, peregrinos, huérfanos y enfermos. Su ubicación, que al principio se situaba en el antiguo barrio de Sant Joan de Sitges, cambió en 1912, cuando se trasladaron al barrio de Poble Sec. Estas son las instalaciones donde desde 1997 hay una famosa residencia de personas mayores, reflejando así la iniciativa de Fonollar de apoyar a colectivos vulnerables. Y es precisamente en los jardines de este nuevo complejo modernista donde se puede encontrar el hub que preserva la historia de la Malvasia y el Celler de l’Hospital de Sitges, donde en lugar de hacer un proyecto independiente, combinan todas sus fuerzas para acompañar de manera activa a las personas de la tercera y la cuarta edad de Sitges y alrededores.
La llegada de la Malvasia al Hospital de Sitges no es una casualidad. En 1935 el diplomático sitgetano Manuel Llopis i de Casades decidió donar las últimas viñas de esta variedad de uva a la antigua bodega familiar Llopis y algunas propiedades, con la única condición de que seguirían elaborando Malvasia de Sitges. Actualmente, el proyecto que ganó el concurso para hacerse cargo de estas viñas fue el hospital, que se presentó como un homenaje para recordar que su historia y la de la Malvasia estaban conectadas. Esta misión fue liderada durante buena parte del siglo XX por la familia Almirall, ingenieros agrónomos sitgetanos que preservaron el conocimiento de la variedad. Ellos fueron los responsables de la modernización del Celler de l’Hospital. Gracias a su labor, tal como destacan los organizadores de la feria, este año su legado «actúa como la punta de lanza para difundir las virtudes de la variedad».
