El cambio climático es una realidad que ha afectado la producción de buena parte del sector primario mundial. El vino no es la excepción y las técnicas respetuosas con el medio ambiente se han convertido en la única salida a largo plazo para muchos. Aunque todavía buena parte de las empresas vitivinícolas a escala internacional no siguen criterios completamente sostenibles al producir, distribuir y vender, la realidad es que cada vez son más las que quieren -y pueden- hacer el esfuerzo. Actualmente, el último informe de la organización International Wineries for Climate Action (IWCA) asegura que el 3,5% del vino mundial se elabora siguiendo criterios sostenibles, todo un hito que la organización afirma ser la punta de lanza de un cambio de tendencia real: «La acción climática ya no es una tendencia pasajera, sino un cambio estructural en la industria», confirma Charlotte Hey, directora ejecutiva de IWCA.
La organización calcula los porcentajes teniendo en cuenta a sus asociados. En total, 173 bodegas de 14 países y 6 continentes forman parte de esta entidad que vela por las buenas prácticas en términos de producción y también funcionamiento interno de las bodegas. Entre las conclusiones del informe no solo está el porcentaje de afiliados, sino que también se destaca que muchas bodegas están comprometidas con la reducción de su huella de carbono. Además, el estudio también afirma que muchos de ellos han visto los efectos positivos que tiene una gestión más sostenible a la hora de enfrentar los efectos del cambio climático, como son el aumento de las temperaturas o los fenómenos meteorológicos extremos. Según la IWCA, «invertir en tecnologías bajas en el uso de carbono y optimizar la energía, así como revisar las cadenas de suministro permite reducir gastos operativos y mejorar la eficacia», remarca Katie Jackson, presidenta y cofundadora de IWCA.

Torres y Herència Altés, las dos catalanas
Familia Torres y Herència Altés son las dos bodegas catalanas que han apostado por formar parte de esta organización. En concreto, esto no significa que sean las únicas empresas vitivinícolas comprometidas de Cataluña con los criterios sostenibles, pero sí las que han decidido formar parte de esta entidad internacional. Una decisión que desde la IWCA aseguran que debe ser una reacción en cadena, ya que invitan a las bodegas a participar para encontrar soluciones innovadoras para combatir el cambio climático. «La organización está abierta a cualquier empresa vitivinícola implicada en el proceso productivo, desde los cultivos hasta el embotellado, que quiera tomar medidas estratégicas para acelerar la reducción de emisiones», reconocen.
