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Francia mantiene el liderazgo mundial en la categoría de vinos de lujo

Los vinos catalanes luchan constantemente por incorporarse al sector de los vinos de lujo. Desde hace años la promoción de las marcas está destinada al segmento más alto de elaborados y se intenta posicionar al país en las listas de los mejor valorados. Esta, sin embargo, es una carrera de fondo, ya que subir el precio de los productos se debe hacer poco a poco con suficiente cuidado para que el consumidor entienda la revalorización del vino catalán y no lo vea como un efecto de la inflación. Actualmente, según la clasificación de la plataforma Liv-ex, Cataluña no entra en el ranking, apenas lo hace España, que mantiene nueve referencias repartidas entre La Rioja y Castilla y León. El liderazgo de la lista es para los vinos franceses, que aglutinan un total de 207 vinos de alta gama.

Francia es el titán invencible en términos de vinos de lujo. De hecho, la clasificación de Liv-ex comenzó solo con los vinos de Burdeos, ya que eran los únicos que se podían considerar de alta gama en 2009. No obstante, actualmente se ha ampliado la calidad a otras zonas, sobre todo a Italia y España, los otros dos grandes productores y vendedores de vino en el mundo. La parte más alta de la pirámide, sin embargo, la mantienen los franceses y los italianos y españoles se conforman con la segunda y tercera posición, pero a una larga distancia. En concreto, los italianos tienen 86 referencias y los españoles 9. Del nuevo mundo vitivinícola, los Estados Unidos también ganan fuerza y California consigue colar una quincena de vinos en esta lista de lujo.

La clasificación de la plataforma tiene cinco niveles. El primero -y más caro- está formado por 66 vinos que proceden de cinco países diferentes, pero la mayor parte del ranking son elaborados franceses y la mitad de la región de Borgoña. Los tres primeros lugares los ha ganado la misma bodega, Domaine de la Romanée-Conti con sus tres vinos insignia: Romanée-Conti, La Tâche y Richebourg. El precio medio de la primera posición supera las 172.000 libras (198.900 euros) la caja de 12 vinos, un precio muy por encima de todos los demás. Las siguientes posiciones se las lleva la región de Burdeos, con nombres muy clásicos y tradicionales, como Latour, Lafite, Margaux, Mouton y Haut-Brion.

Imagen de una copa de vino durante una degustación
Imagen de una copa de vino durante una degustación

La plataforma Liv-ex se toma muy en serio su clasificación y todo está medido al milímetro para que las conclusiones sean justas para todos. Para que un vino pueda figurar en el ranking debe cumplir una serie de requisitos: superar un precio mínimo establecido y demostrar una actividad constante de compra-venta en la plataforma. No basta con una única operación a un precio elevado, sino que se exige que al menos cinco añadas diferentes hayan sido comercializadas y que el vino haya registrado un mínimo de doce transacciones entre julio de 2024 y junio de 2025. El cálculo del precio medio se determina dividiendo el valor total negociado por el número de cajas vendidas (de 12 botellas cada una), y los tramos de precios que definen cada nivel se actualizan cada dos años para adaptarse a las condiciones del mercado. En esta edición, el primer nivel corresponde a los vinos con un precio medio superior a 2.839 libras (3.283 euros) por caja de doce botellas de 75 cl, mientras que el quinto agrupa aquellos que se mueven entre 284 y 354 libras (328 y 409 euros).

Los distribuidores prefieren regiones tradicionales

Francia, Italia y los Estados Unidos son los líderes indiscutibles de esta edición y de las de los últimos años. El estado español también cuela de vez en cuando algunas de sus referencias, aunque su participación es minoritaria, a pesar de ser el tercer país exportador y productor de vino del mundo. Ahora bien, también hay otras regiones y territorios vitivinícolas que consiguen alguna posición en este ranking. Por ejemplo, Argentina suma seis vinos (todos de la región de Mendoza excepto uno), Chile tres y Australia dos. Por otro lado, Nueva Zelanda, Suiza y Portugal consiguen una referencia cada uno. Estos datos difieren del último estudio en 2023, cuando los vinos del nuevo mundo eran más populares. Es por eso, que se llega a la conclusión de que en momentos de incertidumbre mundial y caída de ventas, los distribuidores -y también los consumidores- prefieren referencias tradicionales, de las regiones productoras de siempre y, en este caso, Francia sigue siendo la más elegida.

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