Esta semana hemos arrancado la cuarta edición de los Barcelona Rosé, unos premios que quieren ir mucho más allá de la simple competición entre los diferentes vinos espumosos rosados que se presentan. Los Rosé tienen como objetivo principal fiero valer los espumosos rosados, unos vinos que en casa nuestra no tienen todo el reconocimiento ni tampoco la cuota de mercado que se merecerían y que sí que han logrado en otros lugares, como por ejemplo en Francia.
Si nos fijamos en las grandes casas de la Champagne, las versiones rosadas de sus espumosos son como mínimo un 15% más caras que las de sus elaborados blancos, pueden llegar incluso a doblar el precio. En casa nuestra los espumosos rosados, son demasiados a menudo los hermanos pequeños de las versiones blancas. A pesar de que algunos elaboradores catalanes ya empiezan a dar importancia a estos espumosos y ya han incorporado a su colección de espumosos rosados brut nature, y también de larga crianza, todavía dominan los espumosos rosados en versión brut y con la crianza mínima que señalan los reglamentos.
Los vinos espumosos rosados derraman glamur por todas partes, por su color y por su carácter, símbolos de alegría, fiesta y gastronomía. Idóneos por las reuniones sociales, festivos y solemnes, por las celebraciones y románticos, a la intimidad.
Así, los Barcelona Rosé también quieren ser una ventana de oportunidad para que los espumosos rosados menos conocidos, como los elaborados por métodos alternativos al tradicional, como pueden ser los elaborados por método ancestral, cojan la cuota de protagonismo que se merecen. Es por eso que basura un llamamiento a los elaboradores de espumosos ancestrales para que también participen.
Otro de los factores clave del concurso es la voluntad de asociar los espumosos rosados, los de todo tipo, en la ciudad de Barcelona, uno de los centros turísticos, económicos, feriales y culturales más importantes del mundo y su influencia en comercio, educación, entretenimiento, deportes, medios de comunicación, moda, ciencia y artes contribuyen en su estado como una de las principales ciudades mundiales. Ciudad abierta, cosmopolita, creativa, mediterránea y capital gastronómica mundial es el mejor escaparate para mostrar en el mundo los mejores vinos espumosos rosados.
‘Barcelona y los espumosos rosados forman un maridaje de éxito! No dejamos escapar esta oportunidad.
Las inscripciones para participar en la presente edición del concurso están abiertas. Podéis inscribiros aquí.