El Corral Cremat, de la bodega Albet i Noya, es definido por sus elaboradores como «el legado de más de 40 años» haciendo vinos ecológicos al paraje de las montañas de Ordal. Es, además, «una elaboración personal» de Josep Maria Albet i Noya, que usa «las mejores viñas de la finca» y que tiene cura de respetar al máximo «la esencia del lugar donde vivimos y el fruto de la tierra que nos da». Es así como nace el Corral Cremat, un Clàssic Penedès la añada 2012 del cual el cual ha sido galardonada con el Premi Vinari a Mejor Espumoso Catalán del año 2023.
Un paraje singular
El Corral Cremat es un paraje que forma parte de un grupo de parcelas rodeadas de bosques de un pequeño valle en medio de las montañas de Ordal. El nombre le viene de un incendio que sucedió el 1948 al corral del antiguo cortijo de Maset de Dalt, deshabitado desde 1930. Forma un anfiteatro natural orientado en el sur, además de 400 metros de altura, que recibe muy pocas horas de sol, haciendo que la maduración de la uva sea muy lenta y con una acidez alta, cosa que convierte el lugar en ideal para la elaboración de escumosos de larga crianza. El terreno, además, es muy calcáreo, con una textura de hueso y una composición equilibrada, poco profundo y con la roca madre siempre presente. Un suelo típico de la región y que permite guardar el agua de la lluvia.
El clima propició la elaboración de un vino excepcional
El 2012, precisamente, empezó con un invierno seco típico del clima mediterráneo, pero cuando llegó la primavera empezaron las lluvias, que se mantuvieron bastante durante los otros meses del año como para ayudar las cepas a aguantar un julio que fue muy duro. El agua, de hecho, acompañó incluso en agosto, haciendo que la maduración fuera especialmente lenta y la añada fuera de una gran concentración, especialmente en la acidez, y haciendo la uva todavía más ideal para los envejecimientos largos del que, habitualmente, ya da esta parcela.
Un espumoso 100% mediterráneo
Este espumoso de larga crianza, elaborado 100% con uva de la variedad xarel·lo, fue cosechado y vinificado a la propiedad de Albet i Noya, tal como marcan los especificaciones del sello Clàssic Penedès, y allá mismo hizo 10 años de evolución constando dentro de la botella. Así es como se ha obtenido un vino con aromas intensos de levaduras, pastelería, flores silvestres y plantas aromáticas. En boca tiene volumen, una burbuja fina y un postgusto de hierba fresca, con el toque de amargura agradable que caracteriza el xarel·lo y que le da una personalidad mediterránea inconfundible.
