La bodega Abadal continúa con su trayectoria de recuperación de variedades tradicionales del Pla del Bages y presenta Abadal Nurva, su nuevo rosado elaborado con mandó (60%), sumoll (25%) y picapoll negro (15%). Según ha explicado la bodega en un comunicado, este vino «refleja las tendencias actuales hacia una menor graduación alcohólica, sutileza, acidez y una frescura vibrante». Además, el uso de las variedades tradicionales no es aleatorio y forma parte de un largo trabajo de investigación y estudio que asegura la buena adaptación de estas plantas al cambio climático y también «marca el camino hacia una nueva manera de entender los vinos», han asegurado desde la bodega.
«Abadal Nurva transmite en la copa los recuerdos y los aromas de esta tierra que lo ha visto nacer, el Bages, resaltando al mismo tiempo el carácter de las variedades que lo conforman: la elegancia y la frescura del mandó, la acidez y la mineralidad del sumoll y los matices delicados del picapoll negro», ha descrito Miquel Palau, enólogo de Abadal. Así pues, el rosado tiene un rosa pálido, con reflejos salmón, en el que destacan aromas anisados. La bodega reconoce que en boca, es un vino muy equilibrado, definido por su acidez y carácter fresco, pero al mismo tiempo amplio y complejo en matices. Las principales recomendaciones para maridar este vino que propone la empresa vitivinícola catalana son las ensaladas, verduras o pescados a la brasa, carnes blancas a la plancha, así como todo tipo de pastas o pizzas artesanales. En tienda, el precio de la botella es de 11,90 euros.

Un gran esfuerzo por recuperar
Desde su fundación, la bodega ha dedicado parte de su tiempo a la investigación y recuperación de las variedades tradicionales del Bages, con la picapoll (actualmente la variedad insignia de la D.O. Pla de Bages) y la mandó como principales exponentes. Según los datos que ha aportado la bodega, la recuperación de la variedad mandó, que representa el 60% del coupage de este vino, comenzó hace más de 20 años, a partir de viñedos viejos localizados en los municipios de Navàs, Cardona y Rocafort y que -según Palau- “ha resurgido gracias a su maduración tardía y su resistencia a las altas temperaturas, lo que la convierte en una variedad de futuro, bien adaptada al cambio climático”.



