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Catalunya, referente europeo en vino ecológico: «Para nosotros es la normalidad»

La viticultura ecológica se ha convertido en una asignatura muy relevante en el sector del vino europeo. Aunque hay países que todavía luchan esta guerra con sus campesinos y viticultores, la realidad es que en Catalunya ya está muy avanzada. La DO Penedès es la primera denominación de origen del mundo en ser 100% ecológica y la marca colectiva europea Corpinnat -también del Penedès- tiene la ecología como uno de los requisitos imprescindibles para formar parte de la entidad. Estos son dos ejemplos que demuestran cómo Catalunya busca la ecología no solo por ser una prioridad para los nuevos consumidores, sino por su indiscutible participación en la mejora del medio ambiente.

Los datos generales del ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación publicados la semana pasada dejan Catalunya en muy buen lugar en viticultura ecológica en 2024. En total, el país acumula 34.314 hectáreas de viñedos ecológicos, la segunda cifra más alta de todo el Estado, solo superada por Castilla-La Mancha, con 68.541 hectáreas. Cabe decir, sin embargo, que la cifra total de viñedos de Castilla-La Mancha (aprox. 913.695 hectáreas) es casi veinte veces más grande que la de Catalunya (aprox. 56.200 hectáreas), lo que significa que en términos de proporción de territorio, Catalunya es la primera región vitivinícola de todo el estado español donde más bodegas y campesinos se han pasado a lo ecológico. «Para nosotros ya es la normalidad, no concebimos el cultivo sin ser ecológico», explica Roc Gramona, director técnico de la bodega Gramona y vicepresidente de Corpinnat.

Catalunya no solo es el segundo territorio con más viña ecológica de todo el Estado, sino que lidera el ranking en la apuesta por la sostenibilidad también dentro de las empresas. En este sentido, los datos del ministerio confirman que Catalunya encabeza este apartado con 418 establecimientos, lo que supone casi el 28% del total estatal. Castilla-La Mancha cuenta con 251 bodegas y Castilla y León con 203. Otras comunidades con presencia industrial relevante son el País Valencià (117), Andalucía (112) y La Rioja (73). El resto de territorios presentan cifras más bajas, con algunas regiones donde los datos no se publican por secreto estadístico. Tal como se puede leer en estas cifras, pues, Catalunya, con una ratio de 82 hectáreas por bodega, muestra el tejido industrial más atomizado y especializado en la transformación. «Siempre hemos sido más viajeros, estamos abiertos a tener más influencias de fuera que otras zonas de la España profunda», destaca Joan Huguet, presidente de la DO Penedès.

Una apuesta con 50 años de historia

La ecología es una manera de vivir el terroir y los viñedos. El hito histórico que ha logrado la DO Penedès este año comienza hace 46 años, cuando Josep Maria Albet, de la bodega Albet i Noya se convirtió en el primer viticultor de Europa en hacer cultivos ecológicos. «Vimos que funcionaba, que tenía un retorno para la tierra y que era necesario hacer este cambio», argumenta Huguet, quien asegura que aquella fue la primera piedra para conseguir una vendimia 100% ecológica este 2025. Sin embargo, el presidente de la DO también explica que «perdieron gente por el camino», ya que no todos tienen esta predisposición a cambiar. Eso sí, para Huguet este era un hito que debía ocurrir, porque el compromiso con el paisaje «es una prioridad para los viticultores del Penedès», responde.

Raïm de la verema 2025 de Corpinnat / Cedida
Uva de la vendimia 2025 de Corpinnat / Cedida

Corpinnat nació en 2018 con el afán de poder describir el origen de los espumosos más allá del paraguas de la DO Cava. La marca colectiva comenzó con reuniones de seis bodegas, entre ellas Gramona. El director técnico de la bodega reconoce que en aquellas primeras conversaciones «la ecología no fue un tema a debatir». En este sentido, Gramona recuerda que todas las empresas vitivinícolas que fundaron Corpinnat tenían muy claro que «este era el camino a seguir«. Paralelamente, el experto y viticultor también afirma que «ni siquiera ha sido un conflicto para las nuevas bodegas que se incorporan a la marca colectiva». Una razón más para pensar que el Penedès es tierra de ecológico y que los integrantes de la cadena de producción del vino de la comarca «están comprometidos con la causa», añade Gramona.

Ambos casos son ejemplos totalitarios de viñedos ecológicos, pero en ningún caso son los únicos. De hecho, muchas bodegas y campesinos de las doce denominaciones de origen catalanas han apostado por la ecología. Si volvemos a los datos del ministerio, Catalunya acumula 34.314 hectáreas de viñedos ecológicos, de los cuales aproximadamente el 30% corresponden tanto a Corpinnat como a la DO Penedès. Es un dato a ojo, ya que el Consejo Catalán de la Producción Agraria Ecológica (CCPAE) «no divide las hectáreas por DO», en palabras del presidente de la DO Penedès. Aun así, demuestra que en muchas de las otras regiones vitivinícolas catalanas hay una clara apuesta por la viña ecológica.

Los jóvenes prefieren ecológico

La ecología es una decisión medioambiental, pero cada vez se convierte más en un punto clave a escala de negocio. Las nuevas generaciones ya no beben tanto vino como antes, pero sí tienen más presente el origen de lo que entra dentro de su cuerpo. De esta manera, el director técnico de Gramona concreta que las prioridades están cambiando «sobre todo entre los millennials y generaciones más jóvenes». En concreto, el experto habla de un cambio de tendencia hacia productos más sostenibles, una cuestión que incluso va más allá de la ecología en el campo y se adentra en las metodologías de trabajo dentro de la bodega. La conclusión, sin embargo, es la misma: las nuevas generaciones priorizan la ecología por encima de otras cualidades en los vinos. Una opinión similar tiene Huguet, aunque el presidente de la DO Penedès considera que también hay un cambio de hábitos de consumo hacia productos más saludables. «La gente cada vez se cuida más», sentencia el experto penedesense.

En definitiva, la viticultura ecológica se acerca más a la normalidad de los cultivos de viñedos catalanes que a una propuesta de futuro. En este sentido, buena parte de los viticultores y campesinos del territorio son conscientes del retorno a la tierra y la agricultura responsable. Ahora bien, tanto Gramona como Huguet recuerdan que el clima mediterráneo es un gran aliado y confiesan que no todos los territorios tienen las herramientas y los recursos naturales para volverse ecológicos. Aun así, ambos afirman que la ecología es una «apuesta de futuro» y, por tanto, «no se debe dar ningún paso atrás», concluye Gramona.

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