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El vino sin alcohol, la nueva moda para atraer a los jóvenes

El vino sin alcohol está ganando terreno en el mercado catalán. Esta tendencia nacida en Estados Unidos comienza a tener un público significativo en Cataluña. Tanto es así que grandes marcas como Torres o Raimat se están abriendo a la posibilidad de producir vinos 0,0. Al igual que hace décadas los cerveceros consideraron que eliminar el alcohol de las cervezas les ayudaba a llegar a un público diferente, el sector vinícola cada vez lo ve más como una opción viable. Aunque, de momento, los catalanes aún no reclaman la posibilidad de beber vino sin alcohol, sí es cierto que una buena parte del público joven, que consume de acuerdo con las tendencias estadounidenses, empieza a interesarse por este producto. La revolución de la vida saludable y los buenos hábitos alimenticios, junto con la necesidad de ser más sostenibles, crean el caldo de cultivo perfecto para que los jóvenes exijan una variedad más amplia de productos sin alcohol. Por otro lado, las bodegas, pendientes de satisfacer a este público poco acostumbrado a beber vino, se adentran en una nueva moda que poco a poco gana terreno en el sector.

«Los jóvenes son una asignatura pendiente», explicaba Marià Rosàs, gerente de Bodega Rosàs, en una entrevista a Vadevi. Las declaraciones del experto ponían sobre la mesa un conflicto silencioso que el sector vinícola enfrenta año tras año. Llegar a un público más joven es uno de los principales quebraderos de cabeza de las bodegas, ya que la cultura del vino se relaciona -al menos en Cataluña- con un cliente más maduro, con cierto entendimiento del producto. Sin embargo, acercarse a los jóvenes no es una tarea imposible y así lo demostraron los estadounidenses hace décadas, cuando comercializaron la idea de Carl Jung, un enólogo alemán que en 1908 descubrió las maravillas del vino sin alcohol. Esta bebida, pensada principalmente para las personas con enfermedades que no les permitían beber alcohol o convicciones contra las bebidas alcohólicas, ha acabado convirtiéndose en la tendencia de moda entre los jóvenes de Estados Unidos. Gracias a la combinación del nuevo movimiento healthy y la necesidad de ser más sostenibles con uno mismo y el entorno, estas bebidas ya se pueden encontrar en prácticamente todas las estanterías de los supermercados americanos.

El vino sin alcohol no es un producto que se creó pensando en atraer a los jóvenes hacia la cultura del vino, pero a los estadounidenses les ha funcionado. No es de extrañar, pues, que otras bodegas catalanas se hayan reflejado en esta tendencia para producir sus bebidas 0,0. Los primeros en hacerlo fueron la Familia Torres en 2008, ajenos a lo que supondría esta tendencia entre los jóvenes casi quince años más tarde. Actualmente, sin embargo, su marca Natureo es todo un éxito entre la juventud. Raimat, como Torres, también se ha lanzado a la piscina del vino sin alcohol y este octubre ha presentado su primera gama de bebidas 0,0. Bajo el nombre de Raimat Zero, la bodega presenta un rosado y un blanco que siguen el mismo proceso de elaboración que los vinos tradicionales, pero se les somete a un proceso para extraer el alcohol sin perder las características organolépticas ni añadir aromas.

Vinos catalanes de diferentes tipologías, blanco, tinto, rosado, espumoso
Copas de vino catalán | Jordi Play

El salvavidas de un mercado a la baja

El consumo de vino mundial baja cada año. De hecho, en los últimos datos publicados en 2023 por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) se reconocía una caída del 2,6% del consumo en comparación con el año anterior. En total, pues, en todo el mundo se beben aproximadamente 221 millones de hectolitros. El descenso se debe a diferentes factores, que van desde el precio hasta la reducción de la superficie de viñedos que hay a escala mundial. No obstante, un parámetro que también tiene en cuenta la organización son los hábitos saludables, que provocan que buena parte de la población no beba vino por convicciones en contra de las bebidas alcohólicas. Esta tendencia healthy hace que estos productos no triunfen tanto como antes y, por la misma razón, la juventud no tiene el vino en consideración a la hora de elegir una bebida para acompañar una comida. Ante esta nueva situación, la adaptación de las bodegas es clave para su supervivencia y así es como las que más recursos tienen han optado por hacer vino 0,0. Un producto, pues, que no solo amplía el público objetivo a aquellas personas que no pueden tomar alcohol, sino que también da una nueva posibilidad a todos aquellos que han decidido no tomar bebidas con alta graduación, entre ellos muchos jóvenes.

En definitiva, el vino sin alcohol no ha sido una bebida inventada por los jóvenes, pero podría convertirse en la puerta de entrada para estas personas a la viticultura. Aunque el consumo de vino vaya a la baja, es evidente que el vino sin alcohol aún aglutina mercado. Aunque la moda 0,0 sea más un proyecto a futuro que una realidad en Cataluña, la posibilidad de elegir bebidas sin alcohol puede marcar la diferencia para algunas personas.

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