El sector vitivinícola ya mira hacia la campaña 2026. El pasado sábado 1 de noviembre se inició el plazo de suscripción del seguro de uva para elaborar vino. Según ha informado Agroseguro -la empresa líder de seguros del sector vitivinícola a escala estatal-, este período comenzará con el aseguramiento de los módulos de otoño, que ofrecen “la cobertura de riesgos más completa” y protegen frente a fenómenos climáticos como la helada, el granizo o la falta de precipitaciones en el viñedo de secano. De todo el capital asegurado, Cataluña alcanzó hasta los 106 millones de euros en 2025, una cifra que podría ser similar este año, ya que las condiciones climáticas adversas se mantienen como una de las causas más probables de pérdidas de cosecha: «Son los principales riesgos registrados en las últimas campañas», reconoce el seguro en un comunicado remitido a Vadevi.
El plazo para contratar este seguro se mantendrá abierto hasta el 20 de diciembre, y entre las principales novedades de la campaña, el seguro explica que destaca la mejora de las condiciones para cerca de 2.000 asegurados a nivel estatal. Debido a las múltiples denuncias de complicaciones y riesgos de los últimos años, el seguro beneficiará especialmente a los viticultores que hayan sufrido un siniestro en una única ocasión, con el objetivo de facilitar su continuidad dentro del sistema de seguros agrarios. Agroseguro ha recordado que la campaña de 2025, recientemente cerrada, registró una contratación de cerca de 30.000 pólizas, que ofrecieron cobertura a 3,2 millones de toneladas de uva con un valor asegurado total de 1.158 millones de euros. Estos datos consolidan el papel del seguro agrario como una herramienta fundamental para la gestión del riesgo en el campo vitivinícola.
En cuanto al reparto territorial, Castilla-La Mancha encabeza el ranking con 441 millones de euros de capital asegurado durante la campaña 2025. Le siguen Castilla y León, con 162 millones; La Rioja, con 144 millones; Cataluña, con 106 millones; Extremadura, con 70 millones; la Comunidad Valenciana, con 56 millones; el País Vasco, con 48 millones; Aragón, con 41 millones; Navarra, con 36 millones, y Galicia, con 33 millones. En total, la superficie asegurada alcanzó las 404.000 hectáreas.

Una campaña marcada por los siniestros
A pesar de estas cifras de contratación, la última campaña ha sido especialmente castigada por la siniestralidad. Agroseguro ha señalado que el período de tormentas constantes entre mayo y agosto afectó a todas las zonas productoras, especialmente por las granizadas reiteradas que descargaron sobre Castilla-La Mancha. Además, el frente tormentoso del 11 de julio, provocado por el paso de una DANA que impactó el norte peninsular, dejó numerosos daños en regiones como La Rioja y Rioja Alavesa (Álava), tanto por su intensidad como por la extensión y el valor de la producción afectada. Como consecuencia de estos episodios climáticos, las indemnizaciones para los viticultores asegurados ascendieron a 74 millones de euros, de los cuales el 92% ya ha sido abonado. Las zonas más afectadas fueron Castilla-La Mancha, con 28 millones; La Rioja, con 16 millones; Castilla y León, con 10 millones; la Comunidad Valenciana, con 5 millones; Aragón, con 4 millones; el País Vasco, con 3 millones, y Navarra, también con 3 millones.
Agroseguro ha destacado que, con la vendimia ya finalizada, la superficie siniestrada total se ha acercado a las 150.000 hectáreas, un dato que supone daños en casi el 40% de la superficie asegurada. Esta elevada siniestralidad reconoce la necesidad de tener un seguro, que aunque no siempre funcione adecuadamente a juicio de los viticultores, puede llegar a ser un salvavidas necesario en momentos de crisis tan grandes como la que se sufrió durante la DANA del País Valenciano u otras adversidades climáticas que han aumentado después de cuatro años de sequía. «El seguro agrario es una herramienta de protección ante la variabilidad climática, que cada año afecta de manera más severa la producción vitivinícola», han reconocido desde Agroseguro.
