Son atractivos a la vista, frescos y refrescantes, divertidos y traviesos, diferentes y rompedores, apasionan o generan odio, pero siempre capaces de alegrar cualquier momento, saboreándolos a solas o acompañando buenas comidas. Son los vinos brisados de última generación. Aunque comparten ciertos tres esenciales con los más tradicionales, ahora son más amables y capaces de seducir un mayor número de paladares.
Son vinos idóneos para cargarlos en la nevera portátil, en la camper o a en la caravana y dejar que sus colores anaranjados llenen de color nuestras copas en las comidas veraniegas, tan si los hacemos en la tabla de un restaurante, de un camping o de una área de descanso de alguna carretera. Su carácter rústico y su textura son atributos que los capacitan para acompañar muchas más comidas y productos de los que os podáis imaginar. Son vinos tan llenos de matices aromáticos que cualquier nota de cata nunca reflejará toda su complejidad. El mejor es probarlos y dejarse llevar por sus aromas y su sabor.
Hemos escogido seis, pero en el mercado existen bastantes más.

La bodega Montrubí, situada al núcleo del Avellà, una zona montañosa del norte de la comarca del Alt Penedès, perteneciendo al término municipal de Font Rubí, elabora La Peona, un vino brisado hecho con el cupaje de 70% de xarel·lo blanco y el 30% restante es una mezcla de xarel·lo y xarel·lo rojo de la cosecha 2019 y xarel·lo rojo de la cosecha 2020. La vendimia es manual y se hace una maceración con pieles y fermentación en acero inoxidable. Separación de las pieles y crianza de tres meses en depósitos de hormigón. Se embotella sin aclarar, sin filtrar y sin sulfitos añadidos.

A la histórica, polifacética y siempre sorprendente bodega Suriol, situada en el barrio de Can Grabuac en el término municipal de Font-rubí, en la comarca del Alt Penedès, elaboran el Acimut Brisat, un singular vino elaborado con las variedades parellada, sumoll blanco, garnacha blanca y moscatel provenientes de diferentes zonas del Penedès. Maceración con las pieles, fermentación y crianza de 3 meses en cubas de hormigón. No se filtra.

Los hermanos Carbó, almas de cavas Blancher en Sant Sadurní, están demostrando que su talento va mucho más allá de la elaboración de buenos vinos espumosos y entre sus últimas novedades encontramos el N’hi ha Poc, un vino brisado elaborado con racimos de la variedad xarel·lo provenientes de la finca de Las Guixeres, al sur del término municipal de Vilobí del Penedès. Vendimia manual. Fermentación con las pieles y las semillas en depósito de acero inoxidable durante 10 días. Sin sulfitos añadidos.

Si hay una bodega que ha contribuido a popularizar y ganar adeptas por los vinos de tendencia de mínima intervención, este es la bodega La Salada. La Bufarella es su vino brisado. Elaborado con xarel·lo de viña vieja que vendimian manualmente, desrapan y fermentan con las pieles, con las que permanecerán durante 7 meses en depósitos de inoxidable.

La bodega Frisach de Corbera d’Ebre, en la Terra Alta, ya demostró su apuesta por los vinos blancos brisados con La Foradada, un icono de la recuperación de esta tipología de vinos en casa. Y siguen creyendo en este tipo de vinos, por eso han añadido a su colección Las Alifares de Frisach, Temps i Pells, un vino elaborado con vernacha gris de la finca La Sierra plantada sobre terruño de panal, que dejan macerar y fermentar con sus pieles durante dos semanas.

De la inquietud de la bodega Esteve y Gibert Viticultores ha salido La Cascarella, un vino concebido por Laura Esteve y elaborado con xarel·lo de viña vieja procedente de Sant Pau de Ordal, del cual han hecho muy poquitas botellas.