La imposición de unos aranceles generales del 20% a todos los productos de la Unión Europea que se vendan a Estados Unidos ha sido un golpe duro para las exportaciones catalanas. Sectores como el cárnico o el aceite de oliva y sobre todo el vitivinícola se ven afectados de manera directa, ya que buena parte de sus ventas en el extranjero se concentran en el país que preside Donald Trump. En concreto, el sector del vino y el espumoso venden al alrededor del 12% de sus productos exportados a Estados Unidos, lo que en 2024 supuso unos ingresos de 77,6 millones de euros. Actualmente, si se tienen en cuenta estas cifras, la aplicación de las nuevas políticas arancelarias afectarían de manera directa al 20% de estas exportaciones, es decir, se calcula que el impacto de los aranceles de Trump ascendería hasta los 15,5 millones de euros, aproximadamente. Datos bastante alarmantes para un sector que, a pesar de la diversificación de negocio, aún depende mucho de los estadounidenses.
El vino catalán registró exportaciones a Estados Unidos por un valor superior a los 77 millones de euros, consolidando así el mercado norteamericano como uno de los destinos más relevantes para el sector. Esta actividad exportadora se tradujo en el envío de unos 16,8 millones de kilos de producto, una cifra significativa que refleja el peso estratégico de esta relación comercial para las bodegas catalanas. Con el anuncio reciente del presidente Donald Trump sobre la aplicación de un arancel general del 20% a los productos provenientes de la Unión Europea, los datos del año pasado permiten estimar un impacto económico directo superior a los 15 millones de euros. Cabe destacar que, dentro de estas exportaciones, los vinos espumosos han tenido históricamente un papel central y continúan siendo la joya de la corona del sector vitivinícola catalán en lo que respecta al mercado norteamericano. Solo durante 2024, las ventas de espumosos catalanes en EE.UU. alcanzaron los 48,9 millones de euros, lo que convierte a este segmento en el más expuesto ante la nueva medida arancelaria. Si se llegan a aplicar los nuevos impuestos, se calcula que se podrían poner en riesgo hasta 9,7 millones de euros.

No es ningún secreto que la puesta en marcha de los aranceles a toda la Unión Europea se vio como una amenaza por parte de Trump. La Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC) alerta que la decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de aprobar aranceles del 20% a los productos importados de la Unión Europea podría tener un impacto directo superior a los 110 millones de euros para las exportaciones agroalimentarias catalanas, según los datos de exportación de 2024. La realidad es que los Estados Unidos son el 7º destino de la exportación agroalimentaria catalana. En el caso concreto de las cooperativas agrarias catalanas, se trata del 6º país del mundo que importa más productos de estas empresas y el primero fuera de Europa occidental, que es el principal mercado. «Nos preocupan las repercusiones y emplazamos a todas las administraciones implicadas a trabajar unidas por una respuesta coordinada y eficaz, siempre desde una visión unitaria», argumenta en un comunicado Ramon Sarroca, presidente de la FCAC. No es la primera vez que los Estados Unidos golpean el libre mercado con la Unión Europea. Ya en 2019 se pusieron sobre la mesa aranceles del 25%. En concreto, durante el anterior mandato de Donald Trump, Cataluña ya sufrió las consecuencias de la aplicación de aranceles del 25%. Entonces, las exportaciones agroalimentarias catalanas disminuyeron un 16,24%, con pérdidas estimadas de casi 26 millones de euros.
El estado español también en tensión
No solo los agentes económicos catalanes se han mostrado preocupados por las nuevas medidas arancelarias. También desde el estado español se vive esta aplicación con cierta tensión. «Los aranceles anunciados por EE.UU. son absolutamente injustificados en lo que respecta al vino, especialmente si consideramos que actualmente la diferencia arancelaria entre las tarifas aplicadas por la UE y por los Estados Unidos es prácticamente inexistente», declara José Luis Benítez, director general de la Federación Española del Vino (FEV). Benítez advierte que esta medida no solo perjudicará a las bodegas españolas y europeas, sino que también afectará negativamente a los consumidores norteamericanos, que consumen mucho más vino del que producen. En este sentido, a juicio del directivo, los consumidores se verán obligados a comprar el vino a un precio más caro, ya que no hay suficiente producto elaborado dentro de las fronteras de los Estados Unidos.
La lucha por la diversificación
Si bien es cierto que el mercado estadounidense es muy importante para los productos vitivinícolas catalanes, no es el único país extranjero interesado por el vino del territorio. Ahora bien, también cabe recordar que los otros países no llegan a las cifras de los norteamericanos y, por tanto, hay pocos territorios que puedan aglutinar los mismos datos en poco tiempo. “El mercado norteamericano es clave para la viabilidad económica del sector vitivinícola europeo, y actualmente no hay ninguna alternativa capaz de compensar una pérdida como esta”, asegura Benítez. También desde la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC) reconocen las complicaciones de la tarea de la diversificación con tan poco tiempo: «Habrá que valorar las consecuencias reales dependiendo de si se logran encontrar mercados alternativos que compensen parcialmente la eventual reducción de ventas, cuál será el impacto en el consumidor norteamericano o la duración de estas medidas», concluye Sarroca.